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miércoles, abril 11, 2012

Ruta de las villas

Con mi proverbial  curiosidad para todo aquello que tenga que ver con el arte, la cultura, la etnografía...esta mañana me he desplazado a Benicassim. Tenia referencias de una ruta llamada de las "villas". Es un bello paseo de unos cuantos kms a lo largo de la playa de la Almadraba.
En primer lugar pude contemplar la Torre de San Vicente, Es una fortificación de las llamadas vigías de costa que podemos encontrar a lo largo de toda la costa valenciana. Eran atalayas que avisaban de la presencia de los piratas berberiscos que asolaron  nuestras tierras a lo largo de los siglos.
El recorrido  comienza  en  Torre San Vicente, hasta llegar al Hotel Voramar. 
En la ruta pude disfrutar de la contemplación de veintiocho edificios que datan de finales del siglo XIX y principios del XX con una arquitectura insólita unos, enormes y lujosos jardines al lado de la playa otros. Todos son hoy hoy edificios catalogados en el Plan Especial de Conservación y Preservación de las Villas de Benicàssim, y cuatro de ellas están dentro del nivel de protección integral , las cuales, tal y como está establecido, deberán ser conservadas íntegras por su carácter singular o monumental y por razones históricas o artísticas.
La majestuosa Villa Victoria, que fue utilizada como biblioteca del hospital durante la Guerra Civil, la Villa Dávalos –conocida como lugar de reuniones– y que hoy alberga en su terraza un restaurante o la Villa Solimar que cuenta con esculturas que imitan motivos clásicos, son algunas de las villas que he podido disfrutar a lo largo de todo el Paseo Marítimo y pude descubrir datos muy curiosos gracias a las mesas interpretativas.
Así  pude distinguir dos zonas muy diferenciadas entre las distintas villas. Las más cercanas a la Torre de San Vicente se denominaban la "Corte Celestial"...el motivo era doble: la tranquilidad de la que disfrutaban y el nombre de santas que casi todas ellas tenían...
La otra zona, se denominaba   "El Infierno” que debia su nombre a las escandalosas fiestas que se celebraban allí y curiosamente los nombres de todas ellas eran los de las mujeres de los propietarios. Ambas zonas quedan separadas por los Jardines de Comín, conocidos popularmente como “el Limbo”.
Pasear por delante de todas ellas es contemplar un catálogo de los diferentes estilos arquitectónicos, desde las mansiones de tipo Oeste Americano hasta los que emulan castillos eclécticos...
Toda una gozada el haber podido disfrutar de una preciosa jornada junto al mar.

1 comentario:

  1. Anónimo4/12/2012

    Hola Paco.
    No sabes que yo estoy en Benicasim?
    Si me hubieras avisado, al margen de que te hubiera contado mas cosas sobre las villa (una de ellas era de mi bisabuelo) te hubiera invitado a una paella en mi casa.

    Para la proxima, ya lo sabes-
    Fernando .- Valencia.

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