Tal como tenía planeado, fuimos en ruta no conocida a Siete Aguas. Ya os dije que era una zona en la que no había estado nunca. Encontré poca información en la Net. Me puse en contacto con el Ayuntamiento y me orientaron un poco. Pensaba que con tan pocos elementos la ruta sería en "descubierta", un paseo por los alrededores y paseo urbano...La sorpresa fue que nos encontramos ya en el mismo pueblo un
Pr nuevecito: el 360 ( os recomiendo la página, es buenísima).Marcado como pocos senderos, las señales todavía frescas, postes en los cruces estratégicos...¡ una gozada!. Ya a las afueras del pueblo, dos fuentes encaradas y diferentes: la de la Gota y la del Garbanzo, a un tiro de piedra la del Papán. Frente a nosotros, cual colosos protectores:Peña Rubia y El Tejo de Requena. La ruta, recién abierta, nos condujo por la Senda de la Coneja, la Umbría del Sabinar y la rambla de La Vallesa.
El hielo en los charcos y en el camino, propició alguna caida que nos puso el ¡ ay! en el cuerpo...Tita...¿estás bien?. A la hora del almuerzo, entrábamos pletóricos de sol y aire puro, en la zona de la Fuente de la Vallesa. Agradables instalaciones: fuente, mesa ( ya se va convirtiendo en costumbre), entorno bucólico, hicieron de nuestro almuerzo uno de los mejores momentos del día.
Con ganas de andar, nos acercamos al Prado Juana donde una masía abandonada nos hizo remontar a los tiempos en que toda la zona estaba poblada,con gente ilusionada, trabajadora...Nos dió tristeza ver las ruinas que nos hablaban de tantos momentos vividos
¿Qué queda de la fuerza que antaño tuvieron?, ¿Qué queda del sueño que tiempo atrás compartieron?
Y lo bueno de ayer hoy es pasado
es nostalgia que siente el corazón
son instantes que fueron emoción
no se quieren marchar, fuerte aferrados(encontrado en la Net, claro)
El regreso lo hicimos por el mismo camino, mientras, observando el horizonte, nos emplazamos a visitar de nuevo la zona, para completar nuevas rutas
