Los antiguos romanos me llamaron Sucro...nombre que compartía con un opidum..de incierta localización..
Los árabes me llamaron Al Xuquer..."El Devastador"...y es que como la antigua divinidad romana Janus,... tengo dos caras.
..la amable...
y la devastadora...
Ya hace tiempo que han intentado "domesticarme"...
Me hicieron un pantano de laminación en mi hijo Escalona...
Me constriñeron el cauce con unos muros a los que llaman motas..
Pero...¡ aaah!...cuando en otoño aparece lo que ahora llaman la "gota fría", hincho mis narices...acuden en mi socorro mis otros hijos..Cabriel...Magro...Cáñoles..Albaida..
Y todos juntos nos convertimos en imparables y sembramos el pánico en los pueblos ribereños...
Hoy sin embargo, la tranquilidad matinal hace que me desplace hacia el mar con suavidad...me encuentro bello...mis márgenes están tranquilas..
Pero...
A la altura de Poliñá, empiezo a oir voces..¡ si!... allí junto a esa moderna y fea pasarela que han instalado para acceder el personal canino a la mota, ensuciando con sus heces el camino...
Y van unos cuantos...algo en ellos me resulta familiar...creo haberlos visto otra vez pero allá abajo, justo donde entrego blandamente mis aguas a la mar Mediterránea..
Y se ponen a andar, alabando la belleza que ofrezco...
Pasan junto al Pouaor...antiguo muelle de descarga de mis arenas que servían para adobar los campos..
Lo confieso...en la última pantanada, me lo llevé por delante y hoy allí han instalado un bonito sitio de descanso...
La verdad es que me halagan las constantes muestras de admiración del personal ante los rincones que ofrezco...
Si pudiera ruborizarme, lo haría....
Llegan por fin a las cercanías de Riola y se admiran del primer azud que los antiguos árabes me edificaron...
La verdad es que nunca me han molestado..
Puedo pasarlo por arriba sin ningún problema...
Y gracias a él, me extiendo varios kms entre los campos de naranjos y llego a los pueblos, llenando abrevaderos, lavaderos y dando fuerza motriz a los antiguos molinos...
No es por nada, pero poco después, en un recodo, una pinada me ayuda a parecer todavía más hermoso...
Hablan de parar a almorzar, pero al final no se deciden y se llegan a Riola, el pueblo siguiente en el recorrido hacia el mar..
Allí, los muros de contención me dan un aspecto distinguido...no me siento oprimido..hay como un entendimiento entre las casas cercanas en la orilla y la magnífica curva que ofrezco al personal..
Junto al cauce, en el murete de separación, almuerzan de cara a mí, comentando el paisaje que ofrezco con las montañas de Corbera al fondo y se admiran de la cantidad de aves que nadan en mis aguas...
Siguen el camino y llegan a las pesqueras..
¡ Los pescadores!...Ellos son los más fervientes acompañantes que tengo..día tras día, se sientan en mis orillas...lanzan sus anzuelos y de vez en cuando capturan algún pez...
Previsores ellos, se traen su propia comida que degustan mientras pescan..
Uno les hace a mis visitantes una gracia diciéndoles que si hubieran llegado antes les podría haber convidado al condumio...
¡ Estos pescadores..!
Tengo que decir, que después del almuerzo algunos de los caminantes optaron por quedarse a descansar....quizás quisieran conocer más del pueblo... Malas lenguas comentan que el paseo fue a un cercano bar donde optaron por unos cafetitos..¡ Qui lo sa!...
El resto prosiguió camino...ya con bastante calor..y siguieron en dirección a Fortaleny con la intención de visitar el segundo azud de la jornada...
Tras pasar por debajo de antiguos y modernos puentes, llegaron a la mitad del camino que marcaba el azud...
A esas horas, ya llevaban a sus espaldas casi 10 kms, lo que empezó a hacer mella en más de una rodilla...
Una vez en el azud, los más atrevidos, descendieron y recorrieron y comprobaron la solidez de la obra...
¡ Cuántas riadas han soportado desde hace siglos !..esos árabes construían bien....
El regreso ..pelín acelerado, hizo que más de uno fuera renqueando, aunque todavía iban comentando la belleza de mis encuadres..tan diferentes de los de la ida..
Y así, km tras kms fueron acercándose a la meta, meta que puso fin a una hermosa mañana de eso que ellos llaman "senderismo"...
Y a duras penas, pude escuchar el susurrar de alguno de ellos que musitaba las bellas palabras de un poema que me dedicó el gran poeta Gerardo Diego...
Agua verde, verde, verde,
agua encantada del Júcar,
verde del pinar serrano,
que casi te vio en la cuna..