sábado, septiembre 22, 2018

Vilafamés...sorprendente

Extraño que a 22 de septiembre, todavía no hubiéramos dado comienzo a la temporada senderista...
Hoy..¡ por fin !, hemos iniciado el curso..



La verdad, es que la convocatoria no hay tenido un gran eco..Eco..Eco..Eco..
Nos hemos juntado 6 incombustibles, de los que solamente  4 han sido los caminantes..
Hay que reconocer que los otros 2, tenían sobradas razones para no tirarse al monte...literal..
Bueno, a lo que vamos,, ¡ Avante crónica !..
Hoy visitamos el pueblo de Vilafamés..



Precioso pueblo al que añadimos la ruta senderista con el objeto de visitar la casi desconocida cueva de Bolimini...
La cueva se encuentra a unos 2..3 kms del pueblo.



Las primeras referencias de ella, nos vienen de la mano de Cavanilles quien indica que el nombre hace referencia a que allí abundaba el célebre "Bol de Armenia", necesario en la  fabricación de los retablos medievales, como base de la pintura y dorado de los mismos..



Siglos más tarde, la cueva sirvió durante meses como refugio de la totalidad de la población de Vilafamés que se ocultaba alli, con el fin de huir de bombardeos en la guerra civil.
La historia es interesante..pica aquí..
Para llegar a la cueva, hay dos caminos..



Uno el aventurero, siguiendo sendas y trochas sin marcas suficientes..
Otro que ya conocía, y que sigue una estrecha carretera hasta unos 200 metros de la cavidad.
¿ Cuál de ellas utilizamos?..



Efectivamente, la segunda.. más que nada porque el personal está desentrenado y mis meniscos muy contestatarios..



El tranquilo discurrir por la pista, sirvió para que nuestro cosechador oficial de toda clase de productos comestibles del campo, se fuera haciendo con una abundante ración de higos ..



Llegados a la cueva, sorprendía al personal la pequeñez de la  entrada a la misma..


La verdad es que no creían que dentro  hubieran podido guarecerse casi 800 personas..



Pero una vez dentro, se contemplaron las verdaderas dimensiones.
Las luces que llevábamos sirvieron para recorrer la gran sala..




Después de ,almuerzo y visita, emprendimos el regreso con el fin de visitar el pueblo, que estaba allá en lo alto..subidas y más subidas.



Antes, alguna tuvo la feliz idea de hacer un pediluvio en el gran lavadero de limpias y frescas aguas..



Le supo a gloria..¡ lástima no habérsenos ocurrido a los demás..
Visita  obligada es acercarse a la inmensa Pedra Grosa que cual ballena varada en secano, amenaza con venirse abajo, estrellando contra las casa, sus más de 2100 toneladas de rodeno..



La meta de la subida era llegar al castillo..





Fue  escenario bélico en las guerras carlistas y hoy nos sirvió a nosotros para descansar a su sombra y contemplar las hermosas vistas de la comarca.




Pero todo no fue senderismo y cultura..
Nos esperaba una abundante comida..lo de abundante literal.. en el Mesón  donde dimos cuenta de raciones que nos dejaron...¡ por primera vez! con cara de ¡ No puedo comer más !



Hubo quien pidió taperware para llevarse a casa la mitad de lo que le sirvieron  y que no pudo terminarse..
Pecado sí...pecador no..
Y rodenazo en toda la cresta al que abusando de la familiaridad que nos profesamos, se sirvió dejar constancia gráfica del que suscribe cuando meditaba...( dormitaba) su personal siesta junto a la fuente del pueblo..



¡ QUIEN VINO LA DISFRUTÓ!
¡ QUIEN NO VINO...PUES SE LA PERDIÓ!