domingo, mayo 18, 2008

Castro: castillo inexpugnable

La palabra del día fue esa….inexpugnable. Y no sólo porque hubo sus dificultades de pronunciación en alguno, sino porque es la que mejor define el asalto al castillo de Mauz. Le dimos vueltas y más vueltas,como un perro con un hueso, sin poder meterle el diente. Ni a derecha,ni a izquierda, ni delante, ni detrás. ¡ Que no dimos con la entrada!. Pero no nos adelantemos… El tiempo, tal como estaba previsto, nos amaneció nublado, lloviendo y con la sierra sudando agua a raudales. ¡ Ni caso!. ¿Desde cuándo el agua ha sido obstáculo para ir al monte?. Llegados a Sueras, enfilamos la subida al castillo por una preciosa senda. La víspera había caido una gran granizada y a las pruebas me remito. Tal como he dicho antes, no hubo manera de visitar el castillo, así que nos dirigimos por una relajada ladera hacia las Fuentes de Castro. El manantial estaba a rebosar. El agua salía por los chorros, los aliviaderos, la pila, la explanada….. Aprovechamos la tibia salida del sol, para almorzar en mesa y banco, como los señores y como la ruta se nos había quedado algo corta, enfilamos el camino de las fuentes y pista arriba que nos fuimos. Se nos ocurrió visitar la “Font de l’ Avellaner”, precioso rincón, preciosa fuente y precioso batacazo del que suscribe. El sol me había hecho olvidar lo resbaladizo del camino y allá que me fui, al resbalar en unas tablas sobre el río. Afortunadamente, no me pasó nada, pero… tengo que lamentar la pérdida de un gran amigo: mi bastón nuevo, que recibió en su metálica estructura el golpetazo que había de recibir mi menisco. ¡Pobre y fiel compañero de rutas, ya nunca más saldrás al monte!. Lo enderezamos como pudimos y continuamos hacia arriba hasta llegar al Mas de la Campana. Cumplimos con la tradición y cada cual, hizo los preceptivos toques de campana que resonaron solemnes a lo largo del valle, rebotando en peñas y collados…¡ Poesía pura!. Un calor picante nos advirtió de la formación de una tormenta y nos dimos prisa en volver hacia la Fuente de Castro. Lo que resonó a continuación fue el tronar repetido una y otra vez, que nos metió el miedo en el cuerpo. Una vez en la fuente, decidimos volver por el antiguo camino empedrado, acompañados ahora por la lluvia que no nos abandonó hasta que llegamos a Sueras. Nos queda el agradable paseo por un hermoso valle que esperamos volver a recorrer, organizando una nueva ruta, esperemos que sin lluvia, truenos ni caídas.

3 comentarios:

  1. Anónimo5/18/2008

    Paco de verdad me alegro de que no te pasara nada,el palo se cambia y ya esta,buen camino,José

    ResponderEliminar
  2. Anónimo5/19/2008

    Paco losiento por el accidente,pero mealegro de que no tepasara nada el baston se sustituye por otro tal como dice Jose, si puedo el sabado saldre con tigo.Miguel.

    ResponderEliminar
  3. Paquito: Soy ese que ya hace cierto tiempo desapareció en combate. Empiezo a encontrarme bien y espero poder acompañarte pronto en tus andaduras. De todas formas no dejo de seguirte en tus comentarios y en las fotos sobre tus caminatas (y tus porrazos). Me alegro que estés bien y, mientras nos vemos, un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.