sábado, mayo 31, 2008

En mayo y en abril...aguas mil..

Y van cuatro…ya son cuatro semanas en los que mi amiga la lluvia hace acto de presencia ¡ y qué presencia! en nuestras rutas. Hacía tiempo que no me sentía tan dichoso, ¡ cuatro jornadas seguidas acompañando las rutas sabatinas!. Me levanté esta mañana expectante..¿llovería? ¿no llovería?. Cuatro gotas tempraneras me indicaron que hoy sería el gran día. Cuando salí del coche, la bruma cerraba el horizonte. Andilla, medio oculta por la neblina ya daba idea de lo que sería la jornada¡ Albricias!. Hoy yo sería el protagonista.

Subimos por una preciosa senda camino de Peñaparda. La humedad hacía que abundaran los líquenes y musgos. Recuerdos guerreros se atravesaron en nuestro camino. Allí esperaron, agazapados, detrás de sus parapetos, los soldados de la incivil guerra del 36. A un lado y otro, trincheras y blocaos medio derruidos nos llevaban a tiempos, afortunadamente superados.

Al llegar al collado, fue cuando empecé a cobrar importancia. El aire frío, la niebla que ascendía del valle, y….¡ la lluvia! me animaron a seguir hacia el vértice geodésico. ¡Mira , allí estará Valencia!...¡No se veía nada!.

Para dicha completa, empezaron a oirse truenos que retumbaban en el barranco.¡ Más gotas de lluvia y más truenos, nos hicieron acelerar la marcha. En las cercanías del pueblo ¡ Por fín!. Los cielos se abrieron y cataratas de agua nos hicieron buscar un refugio seguro, unos paelleros.
Pensé que se había acabado la jornada con el almuerzo y el estar a cubierto, ¡pero no!.

Fui apreciado más que antes, suavemente acogido, sumamente reconocido…Mientras más arreciaba la tormenta, más a gusto me sentía. ¡ Si no hubiera sido por mí…!...el frío, la humedad, posiblemente el inoportuno catarro hubiera hecho mella en mi amo, no en mi , porque al fin y al cabo yo era tan sólo ¡ un chubasquero!.
Retomo la crónica ya como el que suscribe,para reflejar los cambios que tuvimos que hacer ,versátiles como siempre.

Fuimos a dar un garbeo por el pueblo, buscando un bar donde poder tomarnos un café calentito, pero ¡ vano fue nuestro intento!. Dos había y los dos estaban cerrados. Para compensar,nos acercamos a ver que podíamos hacer de la ruta medieval prevista y conseguimos atravesar el puente , ¡ menos mal que había puente!.

Bajaba riada y el agua rápida y fangosa daba miedo. Subimos por la
calzada empedrada y descansamos un momento en la Cruz de los Ahorcados.

Daba grima pensar que alli eran expuestos durante semanas, los ajusticiados por el Barón, señor de horca y cuchillo, para ejemplar escarmiento de sus vasallos.
Desistimos de seguir la ruta, impracticable por la riada y regresamos al coche, dando por finalizada tan acuática excursión…
¡ Queda demostrado que el agua no es obstáculo que nos impida salir al monte ¡

1 comentario:

  1. HOLA,tenemos una aficion en comun y he elegido este blog para que reciba un premio moral, puesto que me parece interesante la labor que realizas.

    Recoge el premio en :

    http://casiaventurilla-sensei2.blogspot.com/

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