Sinfonia de otoño..ma non tropo

Bohilgues: pica y verás las fotos

Siendo ya otoño.Estando a primeros de octubre. A más de 900 metros de altitud... Todo hacía presumir que tendriamos una rotunda sinfonía otoñal: rojos, amarillos, marrones...Sin embargo, apenas sonaron discretas notas de color, aquí y allá. Un suave murmullo, apenas audible nos indicaba que el verano todavía seguía, al menos en el cromatismo vegetal...¡ Qué le vamos a hacer!. La próxima vez vendremos a mediados de noviembre.
De todas maneras, disfrutamos como tontos. La llegada ¡ fresquita!..¡ 3 grados!. Jerseys, guantes, sudaderas..¡ qué risa! y para arriba. La ruta preciosa, siguiendo el río. Como fondo, el murmullo del agua, roto de vez en cuando por el estruendo de una oculta cascada que nos hacía desviarnos del camino, una y otra vez. No contentos con disfrutar de la vista en la ribera, nos encaramamos al mirador de la Hoz, altiva atalaya desde la que pudimos disfrutar de una vista majestuosa.

Sigue que te sigue el río bajo una cielo limpio y azul. El sol, poco a poco va calentando y ya empiezan a sobrar las otrora agradecidas piezas de abrigo. Almuerzo en ruta y llegada a Vallanca. El pueblo, como siempre solitario. Cuatro vejetes nos cruzamos por el camino. Como todavía era pronto, enfilamos la seguida a la aldea del Negrón, a hora y media hacia arriba. Lo de "hacia arriba", no es ninguna metáfora: la llamada Cuesta Moya, hizo de las suyas. A pesar de su nombre, de "molla",nada de nada. Repechos, curvas en escuadra y sube que te sube. Al final, llegamos a lo alto y pudimos disfrutar del llano del Negrón. Decidimos regresar y vuelta al precioso paisaje de ribera del río. Satisfechos y cansados, llegamos al coche y ....¡a comer!. Una estupenda comida nos esperaba en Torrebaja, en casa Emilio ( restaurante que recomendamos encarecidamente). Una preciosa y agradable jornada que esperamos repetir.