No, nos volvimos locos, pero casi. Nada más empezar la ruta hacia el despoblado morisco, se nos aparecieron gavillas enteras de frescos, verdosos y tiernecillos espárragos. Aquello fue una fiesta con jolgorio generalizado:...aquí hay uno,dos, tres. Mirá allí, coge ese, tira de aquel... Al final, se tuvo que poner orden pues la excursión peligraba. Nos dejamos para la vuelta el rebusque y emprendimos¡ por fín! la ruta como Dios manda. Recordaba bonita la senda, pero la verdad es que ha mejorado y mucho. Sombra, verdor, un día calentito, vistas impresionantes.
La llegada a La Olla un tanto desdibujada la senda pero sin problemas. Una vez allí, sugerencia de un compi y nos fuimos a almorzar a un bellísimo paraje que no conocía. Lianas colgando de los árboles, inmensos bolos de rodeno, agua cantarina..¡ una delicia!.
Por si faltaba algo, hasta había unas buenas matas de murta, más grandes que las que vimos el sábado pasado en el valle de la ídem.El regreso, busca que encuentras espárragos y para finalizar...¡ la traca final!, que para eso estamos en Fallas: la subida al roquedal del castillo del Real. Como no podía ser menos, equivocamos la senda y tuvimos que trepar por rocas, espinos y demás parentela para acercarnos a la ruinosa atalaya.
La bajada, ya por la senda verdadera, supuso un esfuerzo adicional que sólo se vió compensado por la asusencia de caidas, torceduras, esquinces o despeñamientos, que era lo normal que hubiera pasado, dado lo agreste del terreno. Bien está lo que bien acaba. Camino planito hasta los coches y ...¡a disfrutar de las Fallas!.
Mucha envidia, Paco, leer tu crónica y ver las fotos. La del contraluz en el paraje del almuerzo, preciosa.
ResponderEliminarEl sábado próximo, si todo va según lo previsto, espero estar de camino al Camino. El tramo Sagahún- Astorga. No mucho, pero, poco a poco, me voy acercando a la meta.
Un afectuoso saludo para todos.