La Atalaya en Benagéber...La ruta fue bonita ...ya desde la ermita

Desafiando el anuncio,
lluvia , nubes¡ vaya vicio!,
nos juntamos decididos,
para afrontar el inicio,
de esta ruta de novicio.
De novicio fue la ruta,
pues conocida no era,
sólo sobre papel tuviera,
fidedigna información,
que a buen puerto condujera.
Muy temprano por las calles,
de Benagéber corrimos,
investigando detalles
del deseado camino.
La ermita ¡ por fin descubierta!
¡Qué alegría! ¡ Qué gran gozo!,
enfilamos el barranco,
caminandos decididos,
recorriendo un gran trozo,
con pinares protegidos.
¿Protegidos? ¡del incendio!,
del incendio pavoroso,
que en otro tiempo maldito
destruyó sin compasión,
con ímpetu horroroso,
la natura, sin un grito.

Caminamos por la senda,
que bien marcada y muy limpia,
nos ofrecía en la ronda
fuentes claras entre frondas
en graciosa y libre ofrenda.
Pensando habernos perdido,
continuamos buscando,
seguida del buen camino,
esperando que el destino,
se nos mostrara benigno.
Llegados ¡ por fín! al cerro,
contemplamos aterrados,
la inmensa cuesta ¡ de perro!
apenados…¿subiremos?.

Decidimos enfilarla,
con paso mesurado,
sabiendo que al desafiarla,
almuerzo tendríamos ganado.
Del yantar nos ocupamos,
en amable reunión,
manducando galletitas,
nueces, choco y …salchichón.
Muy tranquilos, satisfechos,
al collado arribamos.,
más ¡ oh, qué gran decepción!,
el collado sólo era
el inicio de la acción.

Una senda pedregosa,
nos condujo monte arriba,
gozosos en la esperanza,
abandonamos mochilas,
para llegar sin tardanza,
a la cumbre prodigiosa.
La bajada…relajada,
disfrutando de pasada,
tomillos,lirios,romeros,
hasta llegar, sin rodeo,
al inicio del camino,
finalizando el paseo.
Con tan buena compañía,
es fácil el caminar,
problema, coger manía
a tan bello deambular.