sábado, septiembre 17, 2011

Alcublas a Oset...¡ una sorpresa!

La verdad es que esperaba bastante menos de esta ruta.¿ Alcublas?...ya se sabe: secarrales, pedregales y demás. El comienzo de la caminata no podía ser más " desasistido". Ni un panel, ni una señal. Las indicaciones descriptivas nos llevaron a una granja avícola que descubrimos gracias a su olor peculiar. Una entrada de barranco, vertedero del pueblo.
Toda clase de enseres domésticos...¡ incluido un WC en posición de uso!...¡ Vamos, que no prometía el día nada bueno!
Pero...pronto empezamos a descubrir que este Pr es realmente cautivador.
Por fín encontramos las tan deseadas señales y nos internamos en un precioso barranco que poco a poco fue estrechándose, hasta resultar realmente angosto. Mis meniscos rechinaron, pero pudieron superar las diferentes estrechuras.
La verdad es que en época lluviosa, no es conveniente seguir la barranquera y para ello hay una pista alternativa que decidimos dejar para la vuelta. Barranco arriba llegamos a una frondosa pinada que nos acompañaría ya todo el trayecto hasta el mismo Oset.
Era todo bajada y ya temblábamos de lo que nos esperaba a la vuelta: recordad: todo lo que baja luego sube. Una ligera distracción y allá que se fue el que suscribe  de cara contra unas matas de carrascas..¡benditos bastones....me librasteis de una buena...! Tras dos horas y media de camino, llegamos al pueblo y buscamos lugar donde yantar. Encontramos una zona de paelleros en donde almorzamos, eso sí, un poco tarde.
El pueblo había estado en fiestas todo, eran dibujos en las calles, pero además era época de recolectar la almendra y era de ver la gran cantidad de ellas que se secaban al sol, delante mismo de las casas.
La vuelta, extrañamente se nos hizo bastante corta...¡ no sé porqué, pues era todo cuesta arriba!.
Además íbamos con cierta prevención, pues al regreso descubrimos un cartel avisando de batida de jabalíes, que no habíamos visto a la ida.

Un tanto mosqueados, remontamos por el bosque y jabalíes no vimos, pero el que suscribe se hizo con un precioso colmillo que enriquecerá mi colección particular...daba un punto de grima pensar que la pieza dental estuviera con su dueño en plan de ataque..¡brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!.

Como dije antes, optamos por obviar el barranco a la vuelta y nos fuimos por la pista...bueno llamar pista a eso es bastante generoso. Un pedregal largo y empinado que nos hizo redoblar la precaución.
También nos mosqueó un sonido de trompetilla, de los que se usan en las batidas...¡ otra vez los jabalíes!..afortunadamente eran unos cazadores que habían perdido a su perro que olisqueó el rastro jabaluno y no lo encontraban.
El calor ya se hacía sentir cuando llegamos a Alcublas, dando fin a una ruta que ha sido una verdadera sorpresa.

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