domingo, junio 23, 2013

Por el puerto ...de Mingalvo

Avingalbon, Avingalon, Abingalvvon, Abingalbón e Ibn-Galbón....muchos nombres para este pequeño pueblo de Teruel en el que hemos podido disfrutar de un estupendo fin de semana.
Estas tierras siempre nos ofrecen sorpresas pero...¿quién podía imaginar que  en el primer día del verano, esta fuera la imagen de entrada que nos presentara...?
Una tremenda tormenta acompañada de aparato eléctrico y una furiosa granizada, de la que nos salvamos por los pelos...¡ bien empezábamos!.

Los últimos rayos de sol, nos devolvieron la confianza, al contemplar ante nosotros el precioso conjunto medieval de Puertomingalvo, en lo sucesivo "El Puerto", tal como lo llaman por aquí.

Bajo la lluvia, tuvimos que ir a un bar a recoger las llaves de los apartamentos en los que establecimos la base de operaciones para el finde.

 Cuando dejó de llover, dimos una vuelta para ir tomando el pulso a a la zona y la verdad es que el paisaje  nos sorprendió  no sólo por lo  grandioso, era totalmente verde como si 
estuviéramos en el norte...

La mañana siguiente, al contrario, amaneció totalmente soleada as í que nos preparamos para una ruta hacia el barranco del río Linares, pero, la aparición de un cartel de dirección que indicaba que marcaba diez kilómetros hasta el santuario de Sant Joan de Peñagolosa, nos animó al cambio. La verdad es que salimos ganando. Se trataba del antiguo camino de peregrinación de los vecinos del Puerto que una vez al año, van en romería hasta el conocido santuario.

El camino sigue el trazado de una cañada de ganados, enmarcada entre pastos y corredores de piedra seca. Se pasa junto a numerosas masías, casi todas abandonadas...bueno no del todo abandonadas

En una de ellas, se nos juntó un minino que se hizo los 10 kms que recorrimos hasta Sant Joan. Ni las continuas reconvenciones para que nos abandonara....incluido un vuelo sin motor, le hicieron desistir de su empeño. 

Poco a poco, la via pecuaria se transformó en una preciosa senda que nos iba acercando al gigante de piedra que se ofrecía constantemente ante nuestros ojos...
Penyagolosa gegant de pedra
La teua testa plena de neuPenyagolosa, PenyagolosaA la tempesta, al sol i al ventFita senyera del poble meu


Y es que la inmensa mole ofrecía un aspecto realmente magnífico. Rodeada de frondosos bosques, franqueada por profundos barrancos, nos retaba a acercarnos, como si la tuviéramos al alcance de la mano...de los pies mejor...Y sin embargo, la senda serpenteaba y serpenteaba haciendo que tardáramos casi 4 horas y media en llegar a nuestro destino...junto con el dichoso gato, claro.

Buscamos acomodo para comer y lo hicimos en el acogedor y montañero comedor en el que ardía un hermoso fuego en la enorme chimenea...¡ y estábamos en el segundo día del verano!.
Dada la proximidad de la noche mágica de San Juan, el hecho de estar en su santuario y demás, hizo que algunas de las féminas se plantearan darse un bañito de pies en la fuente del lugar...sin embargo desistieron por temor a posteriores situaciones embarazosas...y es que ya se sabe  el asunto de los ritos relacionados con la fertilidad y todo eso.....

Conseguimos darle esquinazo al gatuno y enfilamos la vuelta a toda marcha...y es que unas amenazadoras nubes de tormenta, nos hacían presagiar un retorno complicado....cuatro horas por esos montes, con lluvia, quizás granizo, aparato eléctrico...¡ para helar la sangre a cualquiera!.

Sin embargo, los hados nos fueron propicios y la tarde fue derivando en una estupenda temperatura, con sus ratos de sol y contentos de haber podido dejar el gato perseguidor....había quien pensaba llevarlo de vuelta en su regazo si hubiera habido ocasión...silenciamos como siempre la identidad, aunque mencionamos el hecho.

Curiosamente la vuelta fue bastante más rápida que a la ida...ya sabíamos el camino, hicimos menos sesiones Vogue...fotos...y la cosa cundió mucho. 
Por el camino encontramos una oveja que se había refugiado en un zarzal que daba la impresión de que no iba a durar mucho...parecía enferma y seguramente sería pasto de las alimañas de la montaña.

 No fue nuestro único encuentro con animalitos. Al pasar cerca de la masía en la que por la mañana se nos había unido el Micifú de marras, un colega suyo, tomó el relevo y nos fue siguiendo impertérrito y ajeno a los "consejos" que se le ofrecieron.Menos mal que antes de llegar al pueblo volvió sobre sus pasos....

A la vista del pueblo, sacamos fuerzas de flaqueza y llegamos a la meta...casi 22 kms  y 8 horas de camino efectivo pasaron factura sobre todo al que suscribe..los meniscos no es que protestaran, es que aullaban. Los menos cansados todavía se hicieron la ruta nocturna de paseo por la solitarias calles del lugar.
Curiosos los picaportes de muchas puertas con formas faliformes que provocaron las risas del personal.

Para compensar, la mañana del domingo fue bastante ligera...paseo por encima del barranco del Linares, visita a la ermita de Santa Bárbara y un paseo por un sendero local que nos acercó al Alto del Pelejero, todo ello acompañados de un tiempo estupendo.

Por motivos de horarios, el grupo se fraccionó y mientras unos emprendieron el regreso antes del mediodía, otros pudimos degustar una estupenda comida con sabrosos productos de la tierra de los que dimos buena cuenta.

Contentos y alegres, emprendimos a media tarde el regreso y como siempre decimos...
¡ Quien vino la disfrutó y quien no vino...se la perdió!









1 comentario:

  1. Mª Jesús6/24/2013

    Resumen perfecto del estupendo fin de semana que hemos pasado juntos,personalmente lo he disfrutado mucho,tenía ganas de estar en conexión con la naturaleza y lo he conseguido y sobretodo GRACIAS a td@s por ser como sois.Os quiero un montón!!!

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