miércoles, abril 16, 2014

LA PRIMERA DE ONCE

Otros caminos...nuevas rutas...
El título, contra lo que pudiera parecer, no hace referencia a una serie de rutas que vaya a hacer....no....
En esta nueva etapa que inicié hace algún tiempo, se han plasmado dos voluntariados...uno es el que ya he desarrollado a lo largo de muchos años..el Forestal...otro...completamente nuevo e ilusionante...el  Voluntariado ONCE...¿ya entendéis el título de la entrada?...


El domingo 13, inicié esta nueva andadura y si tuviera que resumirla en una sola palabra, sería.¡ Impactante!.
Alguno puede preguntarse...¿personas ciegas andando por la montaña?...¡ Imposible!...
Eso pensaba yo al principio. Pero fue bajar del autobús en Caudiel , ver como se organizaban y como empezaban la marcha..¡ Asombroso!...


He de decir que no todos los asistentes tenían el mismo grado de dificultad visual...unos podían ir perfectamente a su aire,,,otros, necesitaban el brazo amigo de un voluntario...los que no veían nada se ayudaban de su fiel amigo...el perro guía o se unían a una pértiga...


El sistema de pértiga, es sencillo pero muy efectivo. Van tres personas..primero el guía...normalmente un voluntario, en medio quien no ve en absoluto y el tercero, un usuario con visión parcial...


Eramos muchos...unos 45 y ocupábamos un gran tramo de la Via Verde de Ojos Negros.


Tuvimos cierta dificultad con los ciclistas...muchos de ellos no tenían miramiento y llevaban una velocidad incompatible con los peatones,como si la vía fuera de su uso particular..

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Teníamos que pararlos...lo que a veces costaba...e indicarles que por delante iba un gran grupo...cuando     veían los perros guía, frenaban y ya llevaban una marcha normal...
El tramo a recorrer era de unos 14 kms, entre Caudiel y Navajas...el calor apretaba, pero unos oportunos descansos relajaron al personal.


El ambiente era extraordinario..la alegría estallaba en risas, bromas y expresiones de contento.
Me llamó la atención el tener que explicar...a petición...lo que se veía desde la via verde, cómo era el paisaje, dónde estaba esa hierba cuyo aroma percibían...
Me impactó la naturalidad con la que trataban el no poder ver...el cariño que sienten hacia sus perros guía...el perfecto adiestramiento de los mismos...


La jornada transcurrió sin ningún incidente...se nota la experiencia que tienen...La comida la hicimos junto al pantano del Regajo, a la sombra de los pinos...


Ante nuestros ojos, la lámina del agua, la escena bucólica de unos caballos pastando, significó un reto que solo pudimos transmitir muy pobremente...


A la hora prevista, el autobús llegó y nos devolvió de nuevo a Valencia...
¡ Inolvidable jornada!




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