sábado, mayo 28, 2016

Hoy, la Mola no molaba

Hay un pequeño valle secreto...cerca en la distancia...pero lejos de la vorágine urbana a la que estamos acostumbrados..


¿ Dónde?...en el pequeño pueblecito de Segart, en  la Calderona.
Casi mimetizado en el paisaje..está rodeado de rodeno...edificado en rodeno...y al pié de los rojizos farallones del Garbí..


El recorrido era de doble posibilidad...
..Seguir las marcas del GR-7 en dirección a Sant Esperit, el monasterio franciscano, situado al otro lado del collado del Águila
...Trepar a la Mola de Segart, cercana al pueblo, pero allá en lo alto.
En principio, nos decidimos por seguir el GR y considerar la elección cuando llegáramos al collado..


La primera técnica la hicimos en la Font del Campaner que desgraciadamente está completamente seca, lo que no impidió que el que suscribe, diera el rollo al personal con la leyenda en  relación a la bondad de sus aguas...


Satisfecha la curiosidad, proseguimos camino hasta llegar al collado donde visualizamos la ruta a elegir en el mapa  situado allí...
Miramos el mapa...miramos la Mola...y tomamos la decisión de subirla...


El que suscribe tenía cierta prevención a subir por la llamada  "la caries", pues conocía de sus dificultades...
Optamos por atacar por detrás pero poco a poco la pista iba bajando de desnivel en vez de remontar..

.
Como de sabios  es rectificar, dejamos la subida a la Mola para otra ocasión...cosa que dudo, la verdad...y volvimos sobre nuestros pasos...
Y nuestros pasos, nos llevaron de nuevo al GR-7, hasta el inicio de la bajada a Santo Espíritu.

El día aportó opiniones un tanto raras sobre la capacidad de las chumberas de atraer sobre si los malos rollos del personal, transformándolos en espinas..Véase la comprobación empírica del fenómeno citado...


No sé si la teoría era cierta, lo que si que  era reconocible... la explosiva naturaleza primaveral  que generaba flores por doquier... incluso en las susodichas  chumberas.


A esas horas, el calor ya empezaba a pegar de los lindo  y optamos por ir a buscar la senda de bajada al pueblo..sombreada, fresquita, tranquila...


Como todavía era algo temprano, optamos por hacer visita turística al pueblo..
Pocas cosas, pero agradables y sobre todo cercanas...
El antiguo lavadero, donde algunos espíritus infantiles se entretuvieron en lanzarse agua unos a otros...¡ excelente forma de refrescarse !...


La penitente subida al calvario que de paso nos llevó a los pies del castillo semiderruido que domina la población desde lo alto..



No nos olvidamos de cumplir  con el ritual de las refrescantes cervezas y otras bebidas de final de ruta.


En esta ocasión, la amena conversación, la sombreada terraza y la satisfacción del deber ..."montañero"...cumplido,  nos alargaron muchiiiiisimo la sentada cervecera...
 Ya lo sabéis....seguramente disfrutaréis de la lectura de la crónica...pero más la disfrutamos los que la andamos...

Quien vino  la disfrutó...quien no vino, se la perdió





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.