sábado, noviembre 04, 2017

El corazón morisco de Espadán

Nuestra ruta, tenía como centro, lo que se considera el corazón de la Sierra de Espadán..


En este bello paraje, rodeados de montañas y de bosques de encinas, teníamos a nuestra disposición multitud de rutas...


Cualquiera de ellas cumplía los requisitos necesarios para el más exigente de los senderistas..
Optamos por una senda que une el pueblo de Aín, con el collado de Ibola..pasando por el castillo de Beniali...


Aunque llegamos pronto al pueblo, no pudimos aparcar en la plaza, que estaba llena de coches..
¿ El motivo ?...Una cacería de jabalíes..
Preguntando a los cazadores, nos indicaron que la que estaba prevista, se desarrollaría lejos de nuestro camino..


Y en eso confiamos..todavía recordamos una ruta por Navarrés que nos tuvo con el ay en el cuerpo...
Lo que ignorábamos, era que había dos cacerías previstas y que una de ellas, coincidía casi con nuestro itinerario...
¡ Emoción !........


Emprendimos ruta y primera parada en el bonito calvario del pueblo, con su ermita, todo ello  a la vista del barranco que nos marcaría el camino previsto: Barranco de la Caridad..


Senda arriba, pudimos apreciar los diferentes molinos y sistemas de aguas que les servían..


Igualmente pudimos disfrutar del camino a largo tramos empedrados..obra de nuestros antepasados... y que hacían bastante más cómoda la subida..


I


Sin embargo,  la subida se fue resabiando y ralentizó un tanto la marcha...hasta la remontada del collado de Ibola.
Justo allí almorzamos y visto lo visto en la subida, el que suscribe optó por hacer la ruta circular en solitario...¡ por la carretera!..¡ Sí!. ya se está convirtiendo en costumbre..


Aprecio demasiado a mis rodillas y meniscos para ir enfadándome con ellos..¡ siempre me pueden!..
Así pues, me enfilé a las alturas asfálticas y pude disfrutar de un regreso tranquilo..
Tranquilo, pero menos porque a poco de empezar a andar, divisé en medio del verdor del bosque, una mota anaranjada..


A medida que me acercaba, comprobé que era un cazador en posición de ojeo...
Si hacéis grande la foto, lo veréis..
Como dije al principio, había dos cacerías y una de ellas, estaba precisamente por el camino que llevaba..
A gritos, el ojeador me indicó que acelerara el paso para alejarme de la zona.
Ni que decir tiene que me largué lo más rápido que me lo permitían mis rodillas, sobre todo cuando escuché una descarga cerrada de tiros que
me puso el corazón en un puño..



Un rato más tarde y ya en las cercanías del pueblo, otro cazador me dijo que ya había terminado  la batida, lo que me recondujo a la tranquilidad campestre...


Mientras, los compis que optaron por regresar por el mismo camino, llegaron al castillo de Benali, donde pudieron impregnarse de la historia del lugar, disfrutando de las hermosas vistas..


Descanso en el pueblo, con tertulia previa a la comida que fue excelente, servida por un mesonero malhumorado y con pocas maneras comerciales..

 Como siempre..¡ quien vino la disfrutó, quien no vino, se la perdió !

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