miércoles, julio 25, 2007

El Ebrón: ¡ mucho río !


Si buscáis en un mapa nacional o autonómico, es casi seguro que no encontraréis un río con el nombre de Ebrón. ¿ Por qué?. Pues porque en realidad es tan sólo un arroyo con un sonoro y engreído nombre: más que Ebro…¡ Ebrón!. Y eso es verdad pero… lo que nos encontramos nosotros en nuestra ruta, no fue un inofensivo arroyuelo, sino un río hecho y derecho, con abundante y rojizo caudal.

Un río que, una y otra vez, se nos constituyó en una acuática barrera que nos obligó a buscar vías alternativas, desvíos e incluso soluciones ingeniosas. De ahí el nombre de la crónica…¡ Vaya río ¡.
Las previsiones eran de inestabilidad. Quizás ello explica la falta de asistencia de algunos confirmados. Volvemos a lo de siempre… al campo ¡ aunque diluvie!. Y el caso es que, en contra de los augurios desfavorables, disfrutamos de un cálido y soleado día, que nos permitió andar más de lo previsto y por ende, disfrutar más de lo esperado.
A las nueve ya estábamos en el concurrido pueblo de El Cuervo ( vimos una o dos personas ) y tras comprobar la información, nos dirigimos a una preciosa senda botánica, con paneles informativos.

Disfrutamos del bosque de ribera, junto a la fuerza bramadora del río. Optamos por continuar la ruta hacia los estrechos del Ebrón, pero el agua cortaba la pista. Afortunadamente, se habían provisto unos artesanales puentes que nos permitieron continuar.

Almorzamos en un área recreativa ( ya se está convirtiendo en costumbre el tener mesa y banco) y a continuación, nos internamos en la garganta.

Es impresionante el efecto erosivo del agua: pozas, peñascos, cascadas…La vegetación fluvial, completaba el paisaje dando un aspecto bucólico a los estrechos.

Es de agradecer el que hayan acondicionado el paso con escaleras, cables para pasamanos, pasarelas… Sin ellos no hubiéramos podido seguir la ruta. Y a pesar de ellos, llegó un momento en que tuvimos que regresar, pues el caudal era tan fuerte que nos impidió el tránsito, incluso con pasos de piedra.

¡ Prometemos volver para pode ver los Puentes Naturales de toba!.
Volvimos hasta El Cuervo y, como el día prometía, retomamos la ruta original esto es el Prv que lleva hasta Torrebaja.

Se trata de un delicioso paseo por umbría senda. Huertas, áreas de acampada, antiguos molinos, viviendas en cuevas…. y siempre, siempre, el continuo arrullo del agua. Llegamos a las cercanías de Castielfabid y la gracia fue el ver que el río, ¡otra vez el río!, nos cortaba el paso. Nos las tuvimos que ingeniar para poder pasar ¡ ríos a nosotros!.

Hicimos una visita cultural que nos tuvimos que ganar a pulso, bueno a pié, porque la iglesia fortaleza estaba allá pero que allá arriba.

Girada la visita, optamos volver un tramo por carretera, para no tener que atravesar de nuevo el río, pero… el sendero tira mucho y atajamos en la aldea de la Cuesta del Rato, para volver como tiene que ser, por senda hasta El Cuervo.
Teníamos mesa reservada en un restaurante de Torrebaja y allá que nos fuimos. Una estupenda comida, buena tertulia y de nuevo ¡ al coche!. Como el día se estaba dando bien, decidimos ir a visitar el conjunto monumental de Moya, antigua ciudad medieval que se yergue en el centro del llano, dominando todos los caminos.

Llegados al pié de la ciudad, se tornó el cielo en negro manto y nos cayó toda la lluvia que no nos había caído durante la mañana. ¡ Daba igual!. Allá que nos fuimos a visitar las dignas ruinas y la gracia fue que acabamos la visita con un sol radiante, eso sí, completamente mojados….risas del respetable.

Dimos por concluida la ruta y nos prometemos repetirla en otoño, cuando los dorados tonos den otro color a tan magnífica excursión…¡ Quien no vino, se la perdió!.

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