sábado, enero 07, 2017

En el Picaio..GR-10...Camino de Portugal

Dicen que un camino...por muy largo que sea...siempre comienza con un  primer paso....
Y hoy, a los pies del casino del Picaio, hemos dado ese primer paso...


Paso que nos permitirá recorrer los centenares de millas que nos separan de la capital de Portugal..la lejana Lisboa... ¡¡¡ quizás algún día !!!.

Aquí la música ambiental.....500 millas que recorrería para llegar a ti

La verdad, es que el inicio no pudo  ser  más deprimente...
Una barranquera fangosa...
Una barranquera con abundantes restos de basuras...
Una barranquera llena de matojos que encubrían peligrosas trampas...
Pero....fieles a nuestro espíritu aventurero, no solamente dimos el primer paso, sino que a ese paso, se unieron otro..otro..otro...


Todo ello, amenizado por la compañía de docenas...cientos...miles... de piedras, pedrotas, pedrazas que se encargaron  de dificultar nuestro paso por ese pomposo GR-10.


Y no solo eso..desde el principio fuimos escoltados por los "invasores"...
¿Aliéniginas?..
¡ Extraterrestres?...
¡¡¡ No !!!!...
Llamamos así a los  nopales...variante foránea de nuestras mediterráneas y aclimatadas chumberas..
Mirarlos aquí, posando junto al grupo, como si fueran uno más


¡ Desvergonsssssados nopales ! (léase con acento mexicano, no más )

No se conformaron con acompañarnos...¡¡¡ atacaban  !!..
Su primera víctima fue nuestro amigo Carlos que descubrió que uno de ellos, se vengó de la patada que le dió, clavándosele en la bota, con tal firmeza, que casi tuvimos que hacer una intervención quirúrgica para sacarla...
Pese a todo ello, el paisaje era hermoso, la senda pedregosa y la esperanza de llegar a lo alto, cada vez más fuerte...

¿ Os había dicho que esta temporada vamos a hacer énfasis en las cumbres?

Cumbres que conquistaremos una tras otra, hasta culminar  allá en mayo con la subida al mítico Peñagolosa..


Llegamos por fín al paraje denominado Claro de Luna, donde tuvimos que decidir si subir a las Peñas de Guaita, o a la Cruz del Picaio..


Se decidió ir al Picaio, no sin antes pasar por el tremebundo bosque de antenas que emitian un rugido atemorizador..


Una vez en la cumbre, pudimos almorzar con la compañía del hermoso paisaje a nuestros pies y el concurso de montón de corredores de montaña que se estaban entrenando para una media maratón que tendría lugar la semana que viene..


Pueden  observarse, las ínfulas de grandeza para salir en el calendario del próximo año..


Más serenados los ánimos, decidimos dejar para otra ocasión la subida al Pas de los Borregos y regresamos a los coches por el GR-10, y sus incontables piedras, pedrazas y pedrotas..
Como primera salida tras los excesos gastronómicos de las Navidades, tengo que decir que en  mi opinión, el personal está en bastante buena forma y que tras un par de semanas más, ya estarán de nuevo en su  nivel de siempre...

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