sábado, febrero 10, 2018

Carraixet..de ermita en ermita


" Despertaba la huerta, y sus bostezos eran cada vez más ruidosos. Rodaba el canto del gallo de barraca en barraca. Los campanarios de los pueblecitos devolvían con ruidoso badajeo el toque de misa primera que sonaba a lo lejos, en las torres de Valencia, esfumadas por la distancia. 



De los corrales salía un discordante concierto animal: relinchos de caballos, Mugidos de corderos, ronquidos de cerdos; un despertar ruidoso de bestias que, al sentir la fresca caricia del alba cargada del acre perfume de vegetación, deseaban correr por los campos. El espacio se empapaba de luz; disolvíanse las sombras como tragadas por los abiertos surcos y las masas de follaje. En la indecisa neblina del amanecer iban fijando sus contornos húmedos y brillantes las filas de moreras y frutales, las ondulantes líneas dé cañas, los grandes cuadros de hortalizas, semejantes a enormes pañuelos verdes, y la tierra roja, cuidadosamente labrada"...



Así da comienzo la novela La Barraca de Vicente Blasco Ibáñez 

Si quieres leerla, aquí tiene un enlace

¿ Y este apunte literario ?..Os lo explico...
Los fríos y nevadas de los últimos días, nos impiden planear rutas montañeras, pero como el cuerpo pide marcha, el problema para el que suscribe es encontrar rutas agradables para el personal..



Mira que te mira, encontré información de una nueva ruta que reunía  varios aspectos a tener en cuenta...
- Cercanía a la ciudad y por ende sin mucho frío..
- Un terreno completamente llano en toda su longitud..unos 10 kms
 - Una belleza casi desconocida..



Por si no lo habíais adivinado, se trataba de recorrer la distancia entre dos ermitas históricas situadas junto al barranco: la  dels Peixets 



y la  de la Virgen de los Desamparados...



Ya el inicio fue realmente atípico...junto al mar..



Habíamos quedado en la Patacona y decidimos llegarnos al barranco por la orilla de la playa...
La vista era magnífica..el mar, las olas y al fondo la montaña de Sagunto.



Llegamos a la desembocadura del barranco y allí fue ya el machaque histórico al personal..
- Que si el barranco era el desagüe natural de la sierra Calderona...



-Que si fue fuente de riqueza para los huertanos..
- Que de cuando en cuando se volvía destructor...
Recuerdo un cuadro de Muños Degrain.. "Amor de madre" que refleja en toda su crudeza las riadas del Carraixet.



Alli mismo se encuentra la ermita dels Peixets, datada en 1400 y restaurada a lo largo del tiempo hasta llegar a su estampa actual..



Otra sorpresa del día, ha sido la enorme cantidad de anátidas que hemos podido ver a lo largo del barranco..


Su tramo final forma un ecosistema muy agradable para la fauna...patos, garzas, cormoranes, gaviotas...


Y por fín la gran sorpresa y que justifica la introducción literaria
¡ La Huerta de Valencia!...o lo que queda de ella..


A nuestra izquierda  el muro de cemento de la ciudad, avanzando inmisericorde hacia la huerta..
A nuestra derecha, la perfecta armonía de los campos cultivados con mimo...salpicados aquí y allá por las blancas alquerías..


Campos que más bien parecen jardines..
perfección en el trazado de los surcos...
cromatismo bellísimo de los diferentes cultivos..


Y así, poco a poco..literal..llegamos al lugar en que la tradición sitúa el inicio del "milagro" anteriormente citado dels Peixets.
Se trata de una simple caseta con un panel cerámico en el que se muestra el hecho milagroso.
.


Por cierto..existe cierta rivalidad entre Alboraya y Almácera por el modus operandi del milagro..que si 2 peces..que si 3 peces..
Rivalidad que incluso se muestran en los escudos de ambas poblaciones.


Pronto llegamos a la ermita destino..
Se trata de la dedicada a la Virgen de los Desamparados..


Allí, junto a ella, todavía se conserva el cementerio de los ajusticiados y herejes..




Impone pensar en el espectáculo que ofrecería a los viajeros, contemplar allí junto al barranco, las horcas  con los cadáveres que servirían de aviso a maleantes.
Caminamos un poco más, para contemplar la cruz de término, que indicaba donde empezaba la ciudad de Valencia..


Allí permanece con su cubierta de tejas azules, desafiando el paso de los vehículos..


El regreso lo hicimos por la orilla opuesta del barranco donde pudimos seguir contemplando la belleza de la huerta y la fauna en el agua..


La despedida fue también junto al mar..


Un bello paseo...una bella ruta...un buen tiempo..una mejor compañía..

¿ No viniste?....¡ Te la perdiste !.




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