Y es que hoy, la ruta rezumaba tanta historia como humedad había en la umbría por la que nos movimos...
Estuvimos en lo que fue la Encomienda de Enguera, dominio de los caballeros de Santiago...
Si clicas en las fotos, las haces grandes
Los rifirrafes entre Castilla y Aragón por marcar fronteras, hicieron que allá en la Edad media, pueblo y castillo constituyeron motivo de discordia entre sus reyes...
Para acabar con ello, Jaime I concedió la zona como encomienda a la Orden de Santiago que fueron sus propietarios, hasta que Felipe II las vendió a la familia de los Borja...
Pero historias aparte, vinimos a andar y anduvimos...
Dejamos los coches aparcados en zona ignota...luego veréis por qué... y nos acercamos a la fuente de la Mota...dado el fresco que hacía, no apetecía el agua fresquita....
Fuimos siguiendo el acueducto subterráneo hasta el depósito de filtrado que todavía se conserva entero...
Allí remontamos la preciosa senda entre el bosque hasta la masía de Campanilla..la última vez que vine, estaba en ruinas...ahora la han restaurado y convertido en un chalet con piscina y todo...
Cruce de caminos...¿A la Plana?...¿Al cortafuegos?....al final optamos por el cortafuegos, a sabiendas que nos esperaba una cuesta bastante cruda...
La senda estaba todavía despejada y con cuidado por el barro que encontrábamos, fuimos remontando el absurdo cortafuegos...totalmente lleno de maleza, no cumple en absoluto su misión...
El repecho finalizó y nos permitió no solo el almorzar al solete, sino contemplar a nuestros pies un precioso mar de nubes, en el que sobresalían los picos de Benicadell, Montdúber y Montcabrer..¡ precioso!...
Optamos por hacer una derivación para llegarnos al vértice geodésico del Mojón Blanco, que con sus 624 m.s.n.m, nos proporcionó una grandiosa vista de la Canal de Navarrés y la sierra del Caroig, así como el penacho de la central de Cofrentes y el desastre del incendio de la Muela de Cortes..
.
El día, desde el punto de vista geológico, fue pródigo en descubrimientos...unas preciosas muestras de calcita, perfectamente cristalizada, sirvió de recuerdo a alguno...
Para evitarnos el peligroso por resbaladizo descenso por el cortafuegos, optamos por seguir la pista que nos llevó cerca de de las antenas y desde allí a los pies del castillo de la Encomienda...
Poco queda de él, pero valía la pena subir para seguir disfrutando de las vista...
Agradecemos la instalación de unas cadenas que nos ayudaron a remontar el repecho que nos dejó en el castillo...¡ veremos lo que duran !...
Las consabidas fotos nos sirvieron de relax, pero tuvimos que bajar....nos esperaba una comida , puesto que ya se nos había hecho tarde...
La búsqueda de lugar para yantar, nos llevó por las calles, callejuelas y recovecos del pueblo...
Al final dimos con uno que se nos ofreció a darnos de comer...¡ gazpacho manchego!...tenemos que hacer mención del establecimiento---Restaurante Los Arcos...buena comida, excelente atención del personal, precio razonable...¡ lo recomendamos!.
..Ya, sin motivos para alargar la sobremesa, nos dirigimos a los coches...¿ dónde estaban?...
Os dije al principio de la crónica que los dejamos en zona "ignota"...y es que tras callejear en su busca, ¡ nos perdimos como si estuviéramos en Nueva York...no habia manera de dar con ellos...
Al final tuvimos que recurrir al consabido..."Por favor, nos podría decir donde queda...."
y gracias a esas indicaciones, pudimos dar con ellos.
El que suscribe, asume toda la responsabilidad y fue debidamente flagelado dialécticamente por el personal...
¡ Hasta el año que viene!
Paco, Bones festes. Un bes i un abras
ResponderEliminar