Y es que todos aquellos que ya hemos pasado la primera juventud..o la segunda..o la tercera.. todavía recordamos el paso de las N. 234 por medio de Segorbe...sus colas kilométricas...el gustazo de dejarlo atrás...
Pero...nada más...nunca pensamos que un poco más allá del tráfico, pudiera esconderse una vila medieval con siglos de historia..
Y eso es lo que la mayoría del personal, ha descubierto hoy..
Dimos comienzo a la visita en la Plaza de Aguas Limpias...curioso nombre...donde un capitel presumiblemente romano, daba sustento a la teoría...firmemente sustentada por los segorbinos...de que era el testimonio de que su pueblo era ni mas ni menos que la antigua y nombrada ciudad romana de Segóbriga..
Nada más lejos de la verdad histórica...esto lo comentamos muy bajito para no ganarnos las iras de los paisanos...
La verdadera Segóbriga, se encuentra cerca de Tarancón, en tierras de Cuenca..
Todo lo que quieras saber de Segóbriga....mira y compara con el capitel...
Espero no ganarme la enemistad eterna de los segorbinos que me lean...
En la misma plaza, disfrutamos de la vista exterior del palacio Ducal, hoy reconvertido en ayuntamiento...
Llegamos al recinto amurallado y pudimos contemplar las torres de la Cárcel y la del Verdugo..
así como el acueducto medieval que circulaba entre ellas..
Nuestra intención era visitarlas después..¡ vano intento!, como se verá más adelante..
La sorpresa para el personal fue el estupendo paseo siguiendo las murallas, excelentemente restauradas..
.y diría que excelentemente aprovechadas como se puede observar.
Para que todo no fue paseo suave, enfilamos unos tramos de escaleras que en un pis-pas nos llevaron a lo alto del Cerro de la Estrella, donde están las ruinas del castillo...
Allí, donde crecía un verde césped, hubo antaño lujosos salones...
Donde los árboles hermoseaban el paseo, se erigieron torres y dependencias palaciegas...
Y es que el lugar fue en tiempos fortaleza y palacio real y ducal...
Hoy las excavaciones, están sacando a la luz pavimentos, cisternas y salones...
Aprovechamos la bonanza del día y la tranquilidad del lugar para almorzar, con excelentes vistas al valle del Palancia..
Decidimos bajar por las estrechas callejas del barrio antiguo y ..¡ oh casualidad!...vinimos a dar frente al Museo del Aceite y su tienda contigua...
Desconocemos el alcance del gasto pues, quien más quien menos, llevaba mochila en la que guardaron lo comprado..
A duras penas, conseguimos despegar al personal de ese templo consumista y llegamos a la Catedral, con la pretensión de visitarla..¡ Quià!....cerrada a cal y canto...
Por muchas vueltas que le dimos, nos encontramos con la cerrazón de puertas..
El paseo nos permitió descubrir unas antiguas letrinas que derramarían su materia fuera de las murallas, aunque ahora, caerían en plena calle principal...
Nos apretujamos todos en el paso angosto del Portal de la Verónica y pudimos seguir disfrutando del detalle explicativo que tienen en las placas de las calles...¡ Se agradeció el detalle!...
Finalmente llegamos a las torres con la pretensión de disfrutar del Centro de Interpretación..
¿ Cómo lo encontramos?...En efecto, cerrado...Una llamada telefónica nos confirmó que todo, todo, todo estaba cerrado
Y me pregunto...un puente, en el que el personal llega al pueblo en número abundante, no es motivo suficiente para mantener abiertas las puertas de monumentos, museos y demás...?
Asi pues, emprendimos rumbo a Torres Torres, donde nos esperaban dos visitas: el castillo
Y los baños árabes...que para no desentonar de Segorbe, también estaban
¿ Cómo ?...Claro...cerrados...
Menos mal que el restaurante El Nostre Bar, donde íbamos a comer estaba abierto..
Y allí pudimos comprobar que siguen ofreciendo un servicio, unos platos y un precio muy, pero que muy buenos.
Despedidas...adioses y ¡ hasta la próxima!
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