Debemos decir que es una ruta no homologada y por ende, sus señales son diferentes a las habituales blancas y amarillas...por cierto son de color naranja...
Empezamos perdiendo un poco de tiempo en la localización del inicio...
Al fin dimos con el primer poste indicador y ante nosotros se abrió la zona de las Hoyas...un paisaje plano y cubierto totalmente de vegetación "
El mismo paisaje que se ofrecería a los ojos del pueblo íbero que ocuparía la zona y del que nos dió muestra una gran piedra cilíndrica, resto de un antiguo molino..
Siguiendo las marcas, fuimos comprobando que la perfecta alineación de piedras de los bancales, seguramente tendrían su origen en los sillares de antiguas villas romanas que se encuentran en esta zona..
Casi todas ellas se encuentran debajo de los campos de olivos que atravesamos, pero algunas excavaciones nos indicaron su presencia "oculta"..
Anda que andarás, nos dirigimos hacia el destino de nuestra ruta,...el poblado íbero de la Aceña..
Antes de llegar atravesamos el canal que desde Benageber trae el agua hasta todos los campos de la zona..
Por fín llegamos al yacimiento, donde almorzamos en un ribazo..
Debidamente alimentados, pudimos contemplar algunos de los restos que han sido estudiados..
El poblado estaba completamente amurallado y ocupaba una extensión aproximada de 10.000 metros cuadrados..
Una calle central con viviendas a los lados todavía se ve con claridad...
Restos de antiguos pozos indican su sistema de abastecimiento de agua...
Hasta aquí, la Ruta del Hombre histórica... más o menos pero....
También hemos podido comprobar que hay otra huella del hombre pero mucho más dañina para la Historia...
La zona muy transformada agrícolamente y en las carreteras, han ido cercenado, los diferentes yacimientos..
La incívica acción del hombre, ha transformado enclaves históricos en vertederos...
La desidia permite que las hierbas vayan invadiendo los diferentes hitos históricos de la ruta..
No tuvieron empacho en hacer pasar canales y acequias por dentro de los yacimientos...
¡ Una pena !
Pero prosigamos...
El plan era completar la ruta senderista con una visita cultural del pueblo..
Para ello, habíamos contactado con unos vecinos que nos sirvieron de amables guías y nos fueron enseñando muy orgullosos sus diferentes monumentos históricos..
Lo primero que vimos fue el antiguo Palacio Arzobispal...
El pueblo fue desde hacía siglos, residencia estival de los arzobispos de Valencia..por su microclima..
Según el guía, uno de esos prelados, tío del emperador Carlos V, casi consigue que la villa hubiera sido el lugar de retiro del monarca, que al final recaló en Yuste...
Nos fueron enseñando las diferentes estancias que van siendo restauradas por el esfuerzo de los vecinos..
Después vimos la iglesia que presenta un aspecto barroco, aunque en su origen fuera de traza gótica...
Finalmente nos dirigimos al Museo Etnográfico donde pudimos contemplar como era la vida agrícola y laboral de los antepasados del Villar todo ello en una preciosa casa antigua
..
La falta de tiempo, nos impidió disfrutar con más calma del museo, pero así hay motivos para poder completar en otra ocasión la visita a esta antigua y recoleta villa.
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