En lo personal porque por estos lares anduvo el padre del que suscribe..
Porque aquí fue uno de esos lugares en los que los españoles no tuvieron otra manera de dirimir sus diferencias ... matándose unos a otros..
Pero afortunadamente, nosotros hemos podido disfrutar del lugar, gracias a la bondad balsámica de la Madre Naturaleza...que cubrió con su generoso manto, tantas heridas...
Y es que aquí, donde estábamos, y no hace tanto tiempo...apenas unos 80 años, en estos montes lo que se escuchaban eran rumores de guerra...unos contra otros... hermanos contra hermanos...
Pero la Naturaleza, el día de hoy, mostraba generosa todo su esplendor..
Las verdes y antiguas sabinas..
Las flores de plantas aromáticas..
Los arbustos en filas apretadas...
¡ Todo, todo ! hacía referencia a la Vida , lo que contrastaba con la tristeza del recuerdo..
Pero vayamos a la crónica...
A una hora tardía...culpa del que suscribe, estábamos enfilando
con los coches la larga pista de casi 13 kms que une Sarrión con el campo de fortificaciones de la Guerra Civil...
Parecía que la guerra había pasado por la pista, dada la gran cantidad de baches que hacía el viaje semejante al Dakar...
Sin contratiempos, llegamos al aparcamiento y una vez allí, emprendimos la laaaaaarga subida en dirección a las trincheras..
¿ Por qué hay aquí trincheras?..
Para no alargar la crónica, os remito a un enlace explicativo..
Tras la subida, llegamos al conjunto de fortificaciones que cerca unas de otras, nos fueron conduciendo por los distintos puestos de mando...
Abrigos de a tropa
Serpenteantes trincheras...
Puestos de observación...
Todos ellos frente al amenazante Barranco de la Hoz, cuya vertiginosa caída, ofrecía un espectáculo alucinante..
Había que ir con cuidado pues la abundancia de rocas y piedras sueltas,hacían fatigoso el camino.
Visto lo visto, descendimos a nivel de pista y chino-chano llegamos de nuevo a los coches..
El regreso a Sarrión volvió a pecar de los mismos baches que a la ida unido sl leeeeento caminar de un rebaño de ovejas que había decidido ir por nuestro camino..porque se andaba mucho mejor por él.
La idea era visitar el Centro Interpretativo de la Guerra Civil que estaba en el pueblo..
Nuestro gozo en un pozo, pues estaba cerrado a cal y canto y nos tuvimos que contentar con la foto de portada de una antigua ermita que estaba junto al no visitado museo...
La comida en un bar de la localidad, fue abundante y en opinión del personal bastante buena..
El que suscribe, ignorando inadvertidamente la presencia de nuestro contable de campaña, se dedicó a cuadrar las cuentas, olvidando que al ser de letras, las dichosas cuentas no cuadraban..todo ello bajo la mirada inmisericorde de nuestro compi Pepe...
Una agradable tertulia, sirvió para la hora de los chismes y rebaja del atracón de comida que ingirió el personal...
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