Se trata de la Cañada Real de la Costa, antigua via pecuaria que recorrian los ganados por la costa almeriense.
Sigue fielmente el trazado de la Via Augusta, en el tramo entre Jaén y Málaga. De hecho, en la zona se han localizado los restos de una mansio romana en el paraje de Turaniana y torre Quebrada, de las que desgraciadamente, no queda ni rastro.
El paseo discurre entre unas antiguas salinas, hoy convertidas en humedales, en las que anidan diversas especies de garcetas, ánades,etc.
.La cercanía de las montañas, el trazado de la costa y la ausencia de edificaciones, confieren al paisaje un encanto singular.
El hecho de que una mañana de Navidad tuviera una temperatura de 20º, hizo mucho más agradable el paseo.
Ya puestos, me dirigí a las Salinas del Cerrillo, unas instalaciones salineras, ya aprovechadas por fenicios y romanos. Hoy día, se han convertido en un espacio natural protegido...¡¡¡afortunadamente!!!!.
Pasear por él, es hacerlo por una de las escasas zonas realmente vírgenes del litoral de Almeria. Las antiguas bancadas para la extracción de la sl, son hoy el habitat tranquilo de bandadas de flamencos rosados , las carreteras interiores se han convertido en selvatizadas pistas, de agradable caminar. Vegetación autóctona va invadiendo los carrizales.
Patos y ánades, te salen al paso cuando menos te lo esperas.
Allá en lontananza divisé una masa informe ¿ qué sería?, alargué el paseo y mi sorpresa fue descubrir una torre de vigilancia de la época nazarí, muy castigada por los elementos.
La torre del Cerrillo tiene la particularidad de ser maciza, lo que indica que servía de vigilancia en alto de las incursiones enemigas. El paseo de unas tres horas, sirvió también para descubrir que estaba siguiendo el trazado de un Gr, el que sigue la costa desde Almería hacia el sur por unos lugares increibles..
.¡¡¡¡ me gustaría recorrerlo algún día!!!!!
Aprovechando la coyuntura y gustándome como me gusta la Historia, dediqué una jornada a adentrarme en la Alpujarra almeriense, siguiendo los pasos del Rey Chico nazarí, quien despojado de su reino de Granada, tuvo que conformarse con uno un poco más pequeño.
Tomé como entrada de la ruta, el castillo de Santa Ana en Roquetas de Mar, ejemplo de baluarte costero que fue destruido por un terremoto en el s. XVII , pero que hoy está perfectamente restaurado y con usos culturales.
La visita a la Alpujarra, la iniciamos en el lugar conocido por Los Guarros, pequeño lugarejo, de feo nombre pero agradable paisaje.
La nieve de las cercanas cumbres, proporciona abundantes caudales de frias aguas que erosionan el paisaje de una manera increible.
Las pendientes de la ruta, ponen a prueba las piernas del caminante.
Siguiendo el itinerario marcado, me acerqué a la que fuera capital de Boabdil,el Rey Chico, el lugar de Laujar, quien con su impresionante iglesia de la Encarnación, domina , una amplia vega a la que cierra por el norte la impresionante mole deSierra Nevada la cual proporciona abundantísimas aguas que surgen aquí y allá en los llamados pilares, fuentes que surten al personal el fresco elemento.
Como final, unos versos encontrados en la Net, que me sirven como homenaje a esta ruta que he disfrutado tanto:
Aquí en la cúspide,
esquivo los puñales del frío
y veo pasar las nubes hacia el ocaso hambriento.
Ya nada permanece sino este frío que alumbra
este gélido aliento de un titán dormitando disfrutado tanto.
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