Tan taurino título, requiere una explicación...Hoy teníamos prevista la llamada Ruta de las Fuentes de Serra, una variante del GR.10. Nuestro camino por las diversas fuentes, nos ha permitido dar la vuelta completa a Rebalssadors por su base...unos 15 kms aprox
En primer lugar, anunciar la apertura de una cuestación benéfica, sin ánimo de lucro pues, para dotar a un querido amigo nuestro...como siempre, omitimos el nombre por amistad, que ¡ pobrecillo!, necesita dos despertadores y sólo tiene uno operativo. Es por ello, que en vez de presentarse a la hora convenida, siguió en los brazos de Morfeo...dios del sueño...y nos llegó con casi una hora de retraso. La inquebrantable amistad que le profesamos, nos hizo dar comienzo a la ruta casi a las 8.30...¡ Sed generosos y participad en la donación.
El punto emocionante, al menos para el que suscribe que ha estado 40 años ejerciendo la docencia, fue el descubrir el homenaje que el pueblo de Serra ha tenido con un maestro de escuela, al que dedicó la placa que podéis observar.
En algunos momentos la señalización es algo deficiente, pero el excelente trabajo de los ojeadores, permitió siempre encontrar la seguida que nos llevó por el barranco de la Deula hasta el Collado de la Mora, desde donde disfrutamos de una preciosa vista sobre Portacoeli y La Pobleta.
Hay que decir que, en la pista que subía hacia la Deula, tuvimos que moderar la velocidad, para no ser sorprendidos por el radar que anunciaba una señal que encontramos...¿Quitarán puntos a los senderistas?.
Unos continuos truenos, nos hacían girar la vista hacia el mar, calibrando el riesgo de tormenta, vistas las nubes que se iban formando. Por fin, llegamos a la Font del Poll, donde almorzamos rodeados de ciclistas por todas partes...Distinción honorífica a Tita que, huyendo, huyendo de las avispas, encontró un tapón de bicicleta, afanosamente buscado por el amo de un velocípedo montañero.
Desistimos de visitar el refugio Peñafort y nos dirigimos hacia la Prunera, eso sí, divididas las fueras: unos por el senderos y otros, más cómodos por la pista.
Esto se repitió en dos ocasiones y hay que hacer constar que siempre ganó la llegada a meta, el equipo pistero.
A destacar el desfile polvoriento de un club automovilístico...el Subaru...que no tenían otra cosa que hacer esa mañana que dejarnos cubiertos de tierra a su paso por nuestro lado.
La nota misteriosa, la marcó, aparte del desfile automovilístico, la presencia...un tanto inquietante de un grupo de personas...unas 15, que muy abrigados para los 26º que hacía.chubasqueros, polares, jerseys de lana...ascendían a paso lento y vacilante por la pista...y pasaron a nuestro lado sin dirigirnos siquiera una mirada..brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.
Por fin, llegó el reagrupamiento y ya, juntos y felices llegamos a los coches...despedida y cierre
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