Refresquitos en el Cazuma:crónica

Al final fuimos once los que nos planteamos ir al Cazuma. Relajadamente llegamos al inicio de ruta y decidimos ya de primeras abandonar las señales ante las protestas del respetable. La decisión al final fue aplaudida, pues nos evitamos dejarnos las piernas en un sendero imposible que nos hubiera llevado a la Acequia de los Moros igualmente. La travesía por el río Cazuma una gozada: pozas de aguas límpidas, truchas provocadoras( alguno lamentó no haberse llevado la caña de pescar y al final del barranco la Gola de Lucino. Allí el que suscribe, superados unos cuantos deniveles, prefirió quedarse a cuidar la entrada, mientras el personal indagaba qué habría tras la primera revuelta.A destacar la visita a la celebérrima Cueva de la Araña, donde Emilio ( al que damos la bienvenida) sufríó un pequeño mareo a la vista de tamaña muestra de arte primitivo. Tras la bajada llegamos a la Poza de las Conchas ( por cierto, que pensando ya dejar desierto el premio al descubridor de algún fósil, el que suscribe consiguió dar con una concha empotrada en la piedra de lo que pueden dar fe algunos testigos, que conste).Se anunció un pediluvio general y ante el regocijo de determinados participantes que pensaban en una escena "subidita", ¡oh decepción! Juan Carlos, Agustín y yo,nos dimos un remojón de pies que ¡ vaya tela!.
A los coches y a casita.Eso si, algunos bien refrescaditos.