FOTOGRAFIAS

POR FALTA DE ESPACIO, SE HAN SUPRIMIDO MUCHAS FOTOS DE LAS CRÓNICAS , AUNQUE PERMANECEN LOS TEXTOS.

sábado, diciembre 02, 2006

Ni, ni y casi ni

¿Enigmático el titular de la crónica? ¡Ni pensarlo!. Hace perfecta referencia al que le había puesto a la información sobre la ruta a realizar: “Icnitas, trincheras y fósiles”.
A saber: ni vimos icnitas, apenas vimos trincheras ( ocultas por la maleza) y no logré dar con “mi fósil”( un gigantesco amonites que localicé hace años en La Martina.
La ruta dio comienzo emulando el Paris Dakar, al llegar a Los Pérez. El fango, las calles cortadas, agujeros en el suelo. Fue de ver las maniobras que tuvimos que realizar para poder salir del atolladero. Resultó que estaban arreglando las tuberías del agua. Espectacular la salida de toriles de mi perro Pluto. Rápido como una flecha, fue olisqueando a todos los miembros del grupo y pasó a comandar la excursión. La ruta, conocida, nos fue aproximando al barranco de la Hoz, envuelto en una espesa niebla. La Bandina y Los Arcos nos sirvieron de referencia para seguir la Ruta de los Molinos, por la ribera del Palencia. La senda atractiva nos acercó al antiguo puente romano, destruido por una riada. La fuente de los Toscos y finalmente la plazoleta de Las Ventas, donde dimos buena cuenta del almuerzo. No pudimos atravesar el río Canales, llevaba mucha agua, así que seguimos un pequeño trecho de carretera ( todavía me acuerdo de Chella) y seguimos las señales del Pr. 80.
Los tiros de los cazadores nos sobresaltaron, hasta que hice buen uso del silbato, lo que motivó sin duda su disgusto. El nuestro fue cuando vimos que las señales se perdían en la espesura de matojos, lo que nos obligó a regresar a Los Pérez siguiendo unos 10 minutos de carretera.¡ Qué le vamos a hacer!.Como final de fiesta, decidimos subir al cerro de La Martina a buscar fósiles. Se establecieron dos categorías: premio al que primero encontrara uno y premio al mejor fósil. Lo malo es que para llegar al campo de búsqueda, hubo que subir un largo repecho que hizo que algunos se retiraran a descansar. Como he comentado antes, no pude encontrar a la madre de todos los fósiles. El paisaje había cambiado con los años y no fue posible dar con él. El premio se lo llevó nuestra amiga Manuela, que encontró un “vivero “ de pequeños ammonitinitos. La pena, es que también se llevó el porrazo ( afortunadamente si consecuencias graves) que hizo que se nos pusieran los pelos de punta, pues cayó de hinojos ( vamos, de rodillas). Le deseamos una pronta recuperación.
Sin más, llegamos a los coches, besitos y hasta la próxima.

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