Lo de femina va porque últimamente, la sección femenina aumenta y aumenta, dejando al personal masculino en franca minoría. Lo de feminorum, hace alusión a un "fenomenorum" que hemos observado hoy.
¿ Será por una extraña conjunción astral?...¿Quizás un virus inoculado vía aliaga pinchosa...? ¿La primavera que se presiente?...¿El efecto Eslida in the mountains?...¡ Qui lo sà!. El caso es que hoy, el personal femenino estaba...huuuuum...inconformista, crítico, rebelde, impugnador,sublevado, amotinado, insurrecto, insurgente, levantisco, indócil, indómito, indomable, contestatario, insumiso...¿Por qué, os preguntaréis con todo el derecho del mundo mundial?. Pues porque desafiando las leyes físicas que dicen que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo lugar en el espacio, y ante la estrechura de la senda, sólo los que se encontraban más cerca del que suscribe, podían enterarse de las explicaciones que sobre el terreno se iban dando.Ello provocó las protestas de ¿ quién?...evidentemente de l@s que se encontraban más atrás en la fila...¡ lógico!.Puedo prometer y prometo que a partir de ahora.... o no doy explicaciones...o las repito a tod@s y cada un@ de la fila...¡ palabra!.
Bueno , volvamos a la ruta. La cosa pintó mal al principio, precisamente porque no encontrábamos las pinturas ( entiéndase marcas de sendero). Pueblo arriba, pueblo abajo ( literal) hasta que al final las avanzadillas ( léase Paco B.) las encontró. Y entonces fue la risa, porque pasamos de nada de pinturas, a demasiadas pinturas...¡ parecía ya el arco iris!.
Espeluznados con un tiro casi en los morros, obra de un cazador que se dió a la fuga, y debidamente indicados, pudimos recorrer una de las sendas más bonitas que hemos tenido el gusto de pisar en el Espadán. Densa vegetación, camino empedrado en muchos tramos, vistas majestuosas, esfuerzo moderado.... el frío al principio fue intenso, tanto que había que ir con cuidado en algunos tramos por el hielo.
Llegados al Coll Roig, hubo dos ambientes en el almuerzo: los apresurados y hambrientos que comieron allí mismo y los que optaron por pegarse el subidón ...¿se dijo esfuerzo moderado?...antes del condumio. Reagrupadas las fuerzas degustamos las delicias Aldi..¡¡¡Aldi, Aldi, el mejor!! y proseguimos ruta. La senda se desdibujaba algo en la zona de trincheras, pero no impidió que prosiguiéramos disfrutando del camino.
Lograda cota...casi 550 m de desnivel...empezamos a bajar hacia Eslida. Si bonita fue la subida, mejor fue el descenso: bosque, bosque,bosque...hasta el pueblo. Cada uno a su coche y a casita..¿Qué falta algo? ¿ Qué?....¡ aaaaaaaaaaaaaaaaah! ¿ Hubo cervecita?....Si, ya sé que algunos vienen sólo por el último capítulo...¡ pues sí!...cervecita + olivas +cacahuetes +patatas bravas...esto degenera, que diría nuestro amigo Agustín.
¡ Se me olvidaba!. Debemos otorgar y otorgamos el brancazo en la testa con distintivo marrón nudoso al grupo de cazadores con el que compartimos la terraza del bar. No contentos con atemorizarnos con sus disparos, exhibieron, con evidente desprecio a la sensibilidad ajena, las piezas que se habían cobrado. Dos jabalíes despanchurrados que, tirados en la acera, mostraban un espectáculo lastimoso e indigno, del que os ahorro el bochorno, no mostrando las fotos.
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