La ruta en video...by José Miguel
Los que ya peinamos alguna que otra cana, todavía recordamos una serie de TV, llamada Los invasores...pero..¿qué tiene que ver eso con el senderismo, con nuestro senderismo..?.¿no es una crónica de la ruta por el Picaio, en Puzol?...Pues sí, tiene que ver y ¡ mucho!...toda la jornada hemos estado siendo invadidos...una y otra vez...En vez de una relajada y tranquila mañana senderista, nos hemos visto..una y otra vez..."atacados" en nuestro espacio vital...a saber:
a.-Por los hierbajos en el comienzo del GR. No he visto jamás, un inicio de sendero tan lleno de hierba, llenando el camino, mojándonos los pies, los calcetines...como si hubiera llovido...¡ Señores, que es el GR.10, el que une Puzol con Lisboa!. pues nada, lleno de hierba y menos mal que ya no hay basura...
b.- Por una especie foránea de pitera que, a pasos avanzados se nos ponía por delante, enseñándonos las uñas...bueno, las espinas...adoptando un inocente aspecto de escultura modernista...
c.-Por los cineastas. Mientras subíamos por el barranco de la Murta, escuchábamos unos sones de batería...¿batería?...¿ en el monte?...Pues sí, era un redoble de batería. Cuando llegamos al Claro de Luna...música please, nos encontramos a todo un equipo de cine: cámaras, especialistas de sonido, actores.....eran ellos los que estaban dándole a la batería....estaban grabando un corto allí en la montaña...desconocemos el argumento, pero tenía toda la pinta de ser "underground"..la guinda la puso un "hombre mono" que salía al encuentro de unos paseantes...que se meaban de risa...repetición una y otra vez de la secuencia...creo que llegaron a 85...
d.- La acumulación de antenas. Llegados que fuimos a la cumbre del Picaio, nos salieron al paso montón de repetidores que nos dieron un soberano baño de iones electromagnéticos que ya veremos el efecto secundario que provocarán en nuestros cuerpos serranos
¿Qué!, ¿os parece que tiene razón de ser el título?...¿os parecen pocas invasiones?
Bueno, pues después de todas estas cuitas, llegamos a nuestro destino, la Cruz del Picaio. Allí ,la única invasión de la que disfrutamos, fue la de unas magníficas vistas, mientras degustábamos nuestros almuerzos...paz, relax, tranquilidad....¡ ya era hora!.
Como el cuerpo nos pedía más caña, nos alargamos hasta las Peñas de Guaita. La idea era rodear el monte para atacarlas por detrás, pero al final se cambió el plan y las atacamos directamente. El repecho era duro, pero con el estómago lleno..
.El caso es que, una vez llegados al Pas dels Borregos, el personal, salvo alguna excepción, se enfiló peñas arriba...Crujieron los meniscos, se rebelaron los apretados pantalones, se buscaron asideros....todo para poder decir...¡ yo subí el Pas de los Borregos!...la gracia fue el bajar. Menos mal que un buen samaritano se ofreció a a tutelar la bajada del personal. Debemos conceder y concedemos el peñote guaitero con distintivo marrón rodenil a nuestro amigo José CH, quien desafiando desdenes de alguno...no citamos el nombre, claro..se ofreció a tutelar la bajada de cada quisqui, con gran desprecio de su integridad personal...Que así conste para las generaciones venideras....
Satisfechas las ansias montañeras del personal, nos dirigimos hacia el santuario de la Milagrosa, bastante friqui, con sus colorines azulones allí en medio del bosque..
Lo bueno es que, pudimos hacer circular la ruta, descendiendo directamente por senda a la urbanización de Monte Picayo, donde habíamos dejado los coches..
¿Suponéis que ahora viene lo de besos, abrazos....etc?...¡ Pues no, estáis muy equivocados!. La fiesta continuó en forma de comida de fraternidad montañera en la terraza de nuestro amigo Luís. Allí, fue el manduco continuado hasta altas horas de la tarde....le agradecemos desde aquí el detalle...
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Satisfecho el cuerpo, nos alargamos a la playa de Canet para disfrutar del alimento del espíritu, en forma de colorista atardecer... Ahora sí, besos, abrazos, despedidas emocionadas y todo lo demás...
¿Quien vino, lo disfrutó!...¡ El que no vino, se lo perdió!
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