Todo ello se nota en los monumentos, toponimia, rincones.....
Me encantó la visita a la Alcazaba nazarí. No es tan apabullante como la Alhambra pero, este hecho hace que la visita sea mucho más relajada..no hay que pedir cita previa ni pagar una pasta.
Recoletos patios sombreados por arquerías y arrullados por el correr del agua y los jardines...frondosos y aromáticos...
El toque romano se comprueba en su teatro del siglo II d.C que, a los pies de la Alcazaba, evoca las representaciones que los ciudadanos malacitanos tendrían al atardecer...por la mañana haría mucho calor
.
La simbiosis entre distintas culturas pude apreciarla en la labor de reciclaje que hicieron los árabes, utilizando restos romanos en la construcción de su alcazaba: pilastras, bañeras de termas....
Evidentemente la mayor cantidad de monumentos, corresponde a la época cristiana, destacando sobre todo
la catedral. Iniciada en gótico, cambió en renacentista hasta que....se les acabó el dineroPrueba de ello, es la torre inconclusa, detalle por el que los malagueños le llaman La Manquita...¡olé la grasia!.
Mi visita coincidió con la celebración del Corpus y pude disfrutar de un precioso canto de vísperas instalado en la sillería de Siloé, al pie de los grandiosos órganos...
Tenía ganas de contemplar la ciudad desde lo alto..¡pues subir al castillo de Gibralfaro!
Un completo centro de interpretación, te sumerge en la historia de esta fortificación de origen fenicio y que estuvo en uso hasta principios de siglo.
No todo iba a ser cultura....se imponía reponer fuerzas con lo típico de esta tierra ¿¿¿???? ¡claro que sí!...los célebres espetos...una cañita de sardinas asadas a la brasa sobre las clásicas barquitas...La Malagueta...El Pedregalejo...playas que sirvieron de marco a buenas comidas.....
La zona me recordó a otros sitios parecidos....Matossiños en Oporto, la Barceloneta...la playa de Cádiz....pequeños merenderos pelín cutrillos, muy diferentes de la Marina, zona de ocio del puerto ..observad las diferencias ..
La opulencia de la ciudad se manifestaba en los edificios públicos, enormes, desproporcionados al tamaño que tuvo la ciudad..
El Banco de España....clásico, que hay que infundir respeto
El Ayuntamiento de un estilo ecléctico tipo tarta
El Mercado Central, antiguas atarazanas de las que pudo salvarse la fachada nazarí..¡ menos mal!
La Plaza de la Merced, con su monumento a los liberales fusilados junto a Torrijos...¿recordáis el cuadro?
Leed la placa...¡ es genial !
La Farola..símbolo de la ciudad. Antiguo faro que es uno de los pocos que son nombrados en femenino.
Me llamaron mucho la atención los locales de las diferentes cofradías de Semana Santa...potentes, señoriales..
Málaga es ciudad de museos...como podéis imaginar, no iba a verlos todos así que elegí dos:
El Thyssen, que tenía un exposición dedicada a Julio Romero de Torres, ya sabéis, el que pintó a las mujeres morenas...
Y como no, la casa natal de Picasso....con objetos familiares y poco más. Hay más obras en el Museo, pero lo que no faltaba era la mercadotecnia feroz dedicada a los montones de guiris que entraban allí a comprar.
Paseos, largos paseos junto al mar me llevaron a las decadentes termas Victoria...curioso nombre que también tenían las de aquí, en la Malvarrosa.
La constante presencia de Larios en la ciudad..¡ y no solo en la ginebra!
Su estatua en la Alameda Mayor....en la época republicana fue derribada y arrojada al mar...¡ no le querrían tanto!
Pero todo tiene su fin y ya era hora de dejar tan bella ciudad....
Me despido recordando un fragmento del canto a Málaga de un poeta de la Axarquía...Salvador Rueda
Málaga es "inglesa" y mora
a la vez que es andaluza;
Guadalmedina la cruza
y el Puerto la condecora;
Gibralfaro la avalora
y la Caleta sin par;
la emblanquece su Azahar
y la dora su alegría;
en su torre se abre el día
y a sus pies se rompe el mar.
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