Para purgar mi pecado, me planteé realizar una ruta que uniera a la vez, historia, naturaleza y senderismo...
Hurgando, hurgando, realicé la que he llamado: "Ruta morisca por tierras alicantinas".
Se trataba de recorrer...en sentido contrario...el camino que tuvieron que hacer los moriscos, desde sus aldeas, hasta el puerto de Alicante, cuando fueron forzados a la expulsión.
Parece mentira que tan solo en cuarenta minutos, pueda cambiar tanto el paisaje, del skyline de los rascacielos, a la majestuosidad de la sierra de Aitana...
...He resuelto que se saquen
todos los moriscos de ese reino y que se echen en Berbería. Y para que ejecute lo que
S.M. manda, hemos mandado publicar el bando siguiente:
Primeramente, que todos los moriscos de este reino, así hombres como mujeres,
con sus hijos, dentro de tres días de como fuere publicado este bando en los lugares
donde cada uno vive y tiene y tiene su casa, salgan de él y vayan a embarcarse a la arte
donde el comisario les ordenare...
Esta terribles palabras fueron las que escucharon esos moriscos que vivían desde hacía siglos en estas montañas que habían hecho productivas con su trabajo...
Inicié la ruta en el pueblo de Polop. Desde allí, camino de la montaña, todos los pueblos recuerdan en su nombre su origen morisco...
Guadalest, Benimantell, Beniardá, Benifato, Confrides, Benasau...Penáguila...Benifallim, Benilloba, Alcoi..
Evidentemente, no podía recorrerlos todos, así que opté por los dos más espectaculares, los cuales serían el territorio donde haría marcha...Guadalest y Penáguila.
Si vais a Guadalets, no lo hagáis después de las diez de la mañana..a esa hora, tendréis que ir a codazos con los guiris que, en manada, desembarcan en el pequeñísimo pueblo.
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Traspasada la puerta, todavía podemos disfrutar de casonas señoriales que nos hablan de que este era el centro político del valle, en manos de los Orduña, señores de horca y cuchillo...bueno, los verdaderos señores eran los Cardona, pero...como vivían en Valencia...
El recorrer sus calles empedradas, el asomarse a su inmenso mirador sobre la sierra, el vislumbrar entre la neblina el Puig Campana, difuminándose sobre el mar....¡ ha sido un privilegio!.
...Que cualquiera de los dichos moriscos que, publicado este bando, y cumplidos
los tres días, fuese hallado fuera de su propio lugar, pueda cualquier persona, sin
incurrir en pena alguna, prenderle y desvalijarle, entregándole al Justicia del lugar mas
cercano, y si se defendiere lo pueda matar...
Para privilegio y sorpresa, la ruta que me he marcado en Penáguila...Peña del Aguila...su nombre ya lo dice todo...
El Pico del Aguila, el "Pont de Santa LLúcia", el barranco agreste del Castell...sorpresa tras sorpresa...
Por el arco natural de Santa Lucía, el sol lo atraviesa solamente el día de la santa...en enero...la tradición habla de quien lo recibe en la cara y manos, disfrutará de salud todo el año...¡ habrá que planteárselo!...
Curiosa la visita al lavadero, nacimiento de la Font Gran, inmenso pilón, con multitud de chorros que...solo manan cuando hay agua abundante en la sierra y que según la cantidad, así el número de caños vierte el agua...
Aquí, en esta fuente, el escritor Enric Valor, sitúa su terrorífica historia en valenciano "I queixalets també"..
Si queréis conocerla..sufrirla...disfrutarla, aquí os dejo un enlace.
La verdad es que hoy, con un precioso sol y una agradable temperatura, la cosa no daba precisamente miedo..
Sin embargo, Penáguila me guardaba una sorpresa todavía mejor...el Jardín de Santos..
Os imagináis, descubrir entre los peñascos y las rocas que conforman estas sierras, un oasis de verdor, de frescas aguas y por añadidura con una gran cantidad de árboles de otros continentes...
En efecto, eso es el Jardín de Santos. El tal Santos, viajero del siglo XIX, era un enamorado de los jardines. Había visitado los más famosos de España, e incluso de Europa. Así que...ni corto ni perezoso, se .propuso construir allí, en su pueblo, uno que le resultara agradable y placentero.
Se hizo traer el agua por un túnel de más de dos kilómetros, se dedicó a plantar especies foráneas y locales, construyó albercas, grutas, pérgolas, puso estatuas clásicas en los parterres, laberintos vegetales...vamos que se montó allí su pequeño paraiso...
Hoy el lugar es municipal y se complementa con un recorrido botánico por el vecino barranco.
Que cualquiera de los dichos moriscos que escondiere o enterrase alguna de la
hacienda que tuviere o no la poder llevar consigo o pusiese fuego a las casas,
sembrados, huertas o arboledas, incurran en la dicha pena de muerte los vecinos del
lugar donde esto sucediere, por cuando S.M. ha tenido por bien de hacer merced de
estas haciendas que no pueden llevar consigo a los señores cuyos vasallos fueren...”
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Bando general de expulsión de los moriscos, 22 de septiembre de 1609
La belleza de los lugares que he recorrido, no ha conseguido que olvide la terrible injusticia que se hizo con los moriscos, la tristeza que tuvieron al abandonar sus hogares, la dificultad de llegar en tres días al puerto de Alicante...hoy hay buenas carreteras, ellos irían por trochas y barrancos...la postrer mirada desde la playa a las montañas que, recortadas sobre el horizonte les despedirían, seguramente, también tristes.
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