FOTOGRAFIAS

POR FALTA DE ESPACIO, SE HAN SUPRIMIDO MUCHAS FOTOS DE LAS CRÓNICAS , AUNQUE PERMANECEN LOS TEXTOS.

domingo, marzo 11, 2007

Iwojima...en Tuéjar


Seguimos con la cinematografía.¿ No os recuerda una célebre escena de cine bélico, la primera foto de la crónica. En una instantánea , totalmente “improvisada”, se nos ve emulando a los soldados americanos en la histórica batalla del Pacífico. Y es que, movidos por nuestro exaltado fervor senderista, después de encontrar caída una de esas señales que, tanto nos guían en nuestras caminatas, todos a una, procedimos a elevar a los cielos el poste, momento que recogió uno de nuestros reporteros.
Bueno, pasemos a la crónica. Fue una de esas jornadas en las que pudimos disfrutar, tanto del Arte, la Etnología, la Geología como de la Naturaleza. Muy prontito, ya estábamos en ruta, iniciando la entrada en la Rambla de Arquela. Pudimos observar los estragos que el vendaval de los días anteriores, habían provocado en el bosque. Árboles arrancados de cuajo, ramas caídas.. ¡ una pena!.

A nuestra derecha aparecieron las Cuevas de los Corrales de Silla, descubiertas hace unos 20 años por un grupo de escolares. Me imagino al pobre maestro, asustadísimo al ver que sus alumnos trepaban por los cinglos, y el grito de alguno de ellos..¡ Maestro, aquí hay unos dibujos!. Gracias a la excursión del sufrido docente, disfrutamos hoy de las pinturas rupestres.
Al poco rato, ya estábamos contemplando el nevero, todavía en excelente estado que servía para contener el hielo generado por las bajas temperaturas de los inviernos serranos. Fuimos remontando la rambla, disfrutando de los cortados del Chinel, que nos dieron paso a un hermoso valle, atravesado por un riachuelo y cubierto de verdes pastos.

No pudimos dar con el origen del agua, a pesar de ir siguiendo largo rato el curso, así que nos decidimos a almorzar en la imponente soledad de un poblado totalmente abandonado.

Repuestas las fuerzas, desistimos de llegarnos a Ahillas y, tras volver sobre nuestros pasos, remontamos la cuesta de la loma Chucena, donde el personal disfrutó de lo lindo recolectando fósiles. Una amena senda nos llevó al grandioso mirador sobre la rambla, desde donde pudimos contemplar el inmenso panorama. La vertiginosa senda de regreso al Azud, nos dejó sobre las 13.45 junto a los coches. Adioses, besos , abrazos…y hasta dentro de dos semanas. ¡ Que paséis buenas fallas ¡

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