Aunque el título os puede dar una idea de que la ruta fue a saltos, la verdad es que juega con las palabras Salt.....del árbol grandioso y del paraje del Salt....
Debidamente aparcados los coches, emprendimos la ruta....una visión algo friki.. (del inglés freak, extraño, extravagante, estrafalario.).y algo realmente extravagante fue la visión de una barca sirviendo de pecera a unos pocos pececillos rojos, debidamente ambientados en un paisaje lacustre...véase la foto..no tiene desperdicio...
Afortunadamente, el ambiente cambió y se convirtió en un extraordinario paseo por una zona en fase de repoblación forestal. Han marcado un estupendo sendero botánico, en el que van explicando las características de las diferentes plantas...¡ una gozada!.
La ruta estaba marcada como de escaso desnivel...al contrario abundaron las cuestas y repechos...la culpa del que la puso así en la Net...
Optamos por empezarla por el Barranc Fondo. La temperatura era de unos 7º, así que nos dimos prisa en buscar el solete para estar más calentitos. Algunos se dedicaron a l muy noble arte depredador, en esta ocasión, de los madroños que ya empiezan a mostrar sus anaranjados frutos...
Llegados al collado, nos encontramos junto al depósito del agua, un numeroso grupo de ciclistas que esperaban a que acabáramos de subir, para lanzarse como locos pista abajo....les agradecimos el detalle invitándolos a una cervecita cuando llegaran al pueblo...ni que decir tiene que la invitación era puramente retórica....
Lo temprano de la hora, nos impidió aprovechar un estupendo comedor con magníficas vistas...todavía eran las diez menos cuarto...
Hacia abajo, dirección a la Font del Oro...allí teníamos reservada mesas al sol que fueron debidamente ocupadas y defendidas ante los sucesivos ciclistas que llegaron...Hay que decir que les dejamos una y les deseamos buen provecho, mientras la mayoría del personal se daba unos cafetitos en el bar próximo....lo que no siempre es posible, claro.
Vuelta hacia arriba en dirección al Salt. Frente a nosotros, las canteras abandonadas ...unas dudas y al final dimos con el famoso Salt. Un mirador sobre el sinclinal nos dió idea de la potencia de la Naturaleza. Tímidos intensos de bajar al barranco, y dado lo erosionado de la senda, vuelta y alargamos la ruta, siguiendo dirección a la Mola de Segart. Cuando nos cansamos, regresamos y nos dimos un descanso a la sombra del espectacular Pi del Salt que allí estaba, desafiando incendios e intentos de tala.
El regreso a Náquera lo hicimos por la pista que bordea la umbría del Barranc Fondo...muchos, demasiados ciclistas....llegada al pueblo, breve visita a los hornos de la localidad y la consabida cerveza en terraza..
Adioses, besos y abrazos y hasta la próxima...¡ una buena mañana!....porfa, acabad vosotros la crónica con la consabida cantinela.......
¿Viniste?...¡La disfrutaste!
ResponderEliminar¿No viniste?... ¡Te la perdiste!