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POR FALTA DE ESPACIO, SE HAN SUPRIMIDO MUCHAS FOTOS DE LAS CRÓNICAS , AUNQUE PERMANECEN LOS TEXTOS.

sábado, marzo 30, 2013

La primavera ha venido.....en Segart


Permitidme....como favor especial....y solo por esta vez, ponerme poético para narrar la crónica de hoy...
Y es que hemos estado en la Calderona....

Calderona, Calderona, amable sierra que nos acoge,
Plena de flores, pinares densos, viento que ruge.
Por tus laderas los caminantes,
a ti se acercan, cual fieles amantes...
Te hemos rendido, a ti pleitesía,
cual reina magna, la merecías...
Serás por siempre, cálido hogar,
del montañero que te quiere disfrutar.

Como podéis ver, la mañana ha sido magnífica, a tenor de los sentimientos que ha inspirado..No hemos podido pedir más...Ya desde Segart, hemos empezado a disfrutar de los incontables aromas de la montaña. Como siempre, allí estaba, como madre amante, abriendo sus brazos en forma de sendas recoletas que nos iban adentrando cada vez más en su regazo...

La zona todavía no se ha quemado y eso se nota...gruesos pinos, madroños, brezos, romeros....todos ellos se nos ofrecían a la vista proclamando con su verdor: ¡ vivimos, aquí estamos!...
Cual gigante condescendiente con las cercanas cumbres menores, la imponente Mola nos sirvió de anfitrión durante casi toda la jornada...altiva, señorial, nos invitaba a  su cima....¡ Aquí estoy, venid, disfrutad!...
No necesitamos llegarnos a ella para disfrutar del paisaje...el poniente había limpiado la atmósfera y nos permitió vislumbrar en la lejanía el Montgó, Cullera, la Albufera...Valencia toda....

Pero lo mejor, estaba por llegar...el collado del Pic del Águila nos permitió contemplar a nuestros pies el valle de Toliu, con el evocador monasterio de Santo Espíritu en su centro...
La cuestión es que para llegarnos a él, tuvimos  que descender por pedregosa senda..lentos, muy lentos...mis meniscos, ya sabéis....

Llegados al convento, disfrutamos de un agradable almuerzo junto a la fuente que el buen Nicolás Factor, hizo brotar para que al hermano cocinero de Portacoeli le bajara el colesterol, tal como cuenta la leyenda...y es que el buen hombre tenía que hacerse dos o tres veces a la semana el .recorrido entre ambos  cenobios..
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La temible cuesta de vuelta, resultó menos mala de lo que pensábamos y de nuevo pudimos disfrutar de las magníficas vistas...
El descenso hasta Segart, fue un agradable paseo, eso sí, zarandeados por unas fuerte ráfagas de viento...alguien se olvidó de cerrar la ventana...paseo que   nos llevó directos a las tradicionales cervecitas que como siempre, marcan el final de ruta..
¿ Final?..... de eso nada...gracias a la amabilidad de nuestro amigo Luís, pudimos disfrutar de una comida de compartir en la amplia terraza de la que es propietario....las aportaciones culinarias del personal, fueron recibidas con alborozo por los presentes....

No tengo más que deciros que eran ya las seis pasadas, cuando nos despedimos ...Además desde la terraza pudimos despedirnos de la Calderona que allí delante de nosotros, nos decía..¡ no adiós!, sino ¡ hasta pronto!

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