Se trataba de recorrer la llamada RUTA DE LOS 9 PUEBLOS..
Son los que componen la Vall de la Gallinera, una de las zonas más bonitas de nuestra Comunidad Valencina y....extrañamente...casi desconocida..
Todos los pueblos, denotan su origen árabe en sus nombres: Benirrama, Benialí, Benisivà, Benitaya, La Carroja, Alpatró, Llombai y Benisili...lo que os decía.. morunos por todos lados...
Estas tierras fueron el reino del caudillo árabe Al- Azraq
El punto de encuentro era la entrada de Pego, junto a la gasolinera..
Ahí empezó ya el "baile" de los coches.. que dónde estáis, que nosotros en la entrada del pueblo,, que nosotros también y no os vemos..que si en la gasolinera BP, que nosotros en la de la Cooperativa...
Total, que al final recurrimos a la tecnología punta de los móviles y nos pasamos las coordenadas precisas y pudimos agruparnos..
Agrupamiento que duró un minuto.. a la salida ya hubo sus despistes y de nuevo dispersión del personal..
Tras nuevas consultas, emprendimos ..ahora sí...la marcha..
La ruta resultó atípica, porque ANDAMOS POCO Y VIMOS MUCHO.
La ruta completa del valle era de 17 kms ida y otros tantos de vuelta..
Evidentemente, no era posible hacerla a pié, así que optamos por la opción de ir en coche de pueblo en pueblos, recorriéndolos, así como los lugares emblemáticos, en modo senderismo.
Los pueblos eran muy semejantes, pero el primero que visitamos, se llevó la palma en cuanto al cuidado de sus calles, lo florido de sus balcones, el colorido de las fachadas y la amabilidad de las cuatro yayas que nos encontramos.
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Dado lo tardio de la hora, ocupamos la pequeña plaza y almorzamos muy relajados..
Para bajar el almuerzo, subimos por el Calvario desde el que ya pudimos empezar a disfrutar de la hermosura del paisaje..un inmenso valle . cercado por dos cadenas de montañas altísimas..
Nuevos rincones se nos fueron ofreciendo en los siguientes pueblos...todos ellos con nula presencia humana..¿ dónde estaría el personal ?.
La respuesta que se nos dio, es que estaban en los campos, recogiendo las cerezas que habían madurado desde el día anterior..
¿ No os lo he dicho ?...el caso es que la Vall es conocida por sus miles de cerezos que florecen a principio de primavera y que ahora ya están pintando..
Ni que decir tiene que la presencia de los sabrosos frutos, fue una tentación constante a lo largo de la jornada..tentación a la que sucumbieron " los de siempre " que pese a las advertencias seguían picoteando aquí y allá...
El calor iba en aumento y dada lo alto de la temperatura, el que suscribe...siempre atento a las necesidades del personal...aprovechaba la presencia de fuentes y lavaderos, para refrescar de manera amigable al que se ponía a tiro..
El personal lo agradeció en lo que valía, devolviendo gentilmente la " mojada"..
Todo ello, motivó una "guerra del agua" en la que al final hubo quien se mojó de pies a cabeza..
Para evitar males mayores, se llegó a una tregua acuática que fue respetada por las partes, devolviendo la tranquilidad al grupo.
El armisticio cobró forma, con la degustación de otro líquido elemento..nada de agua..unas cervezas cómodamente sentados.
Cuando paseábamos por los diferentes pueblos, se observaron en las puertas de algunas casas, exposición de cerezas que se vendían a peso..
El personal, optó por comprarlas y así acabaron con el furtivo picoteo para tranquilidad del que suscribe...
Pueblo tras pueblo, nos fuimos acercando a la cabecera del valle...Benisili...cuatro casas...literal... desde el que emprendimos el regreso valle abajo..
Llegamos al único pueblo que está totalmente abandonado... Llombai..
Allí las casas semiderrumbadas, las calles con su alumbrado antiguo, las ventanas desportilladas, nos hablaban de pasados tiempos en los que la vida bulliría, mientras ahora, un silencio opresivo nos impuso a dejar atrás el abandonado pueblo.
Como dato curioso, hacer constar que aquí radica el misterio del nazi...
¿Quieres saberlo?...pues clica
Ya era tiempo de la comida y a pesar de las dificultades de la estrecha carretera, encontramos un excelente comedor...un campo de..cerezos en el que pudimos establecer el campamento de picnic.
Hay que hacer constar que...a la antigua tradición montañera de picnic = bocata y postre, algunos lo han convertido en picnic = mesa plegable de 4 plazas, sillas de playa, nevera, tapers variados, camping gas para hacer el café...etc....etc..
Ni que decir tiene que después de tan abundante ágape, se impuso el periodo de silencio que hizo que todo quisqui cayera en los brazos de Morfeo.... o lo que es lo mismo..se durmió...en una reparadora siesta..
Repuestas las fuerzas con comida y siesteo, emprendimos regreso a Valencia, satisfechos de esta jornada tan atípica..
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