y, a su albor primero,
con sus mil ruidos,
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:
¡ Dios mío, qué solos
se quedan los muertos !......Gustavo Adolfo Bécquer
¿ Y estos prolegómenos?
Vienen a cuento, porque en esta ocasión, la elección de la ruta por los montes de El Toro, no estaba motivada ni...
Por sus valores paisajísticos....que los tenía.
Por su magnífica flora........que la había..y de alta montaña.
Ni por su importancia etnográfica....que por allí había y mucha.
La razón de la elección de esta ruta histórica, por el que suscribe, tenía que ver con la Historia...pero no la lejana, medieval o incluso anterior....que la tuvo
La Historia motivadora de la elección, apenas tenía 80 años de antigüedad y estaba centrada en lo que fue nuestra guerra civil..
Por si no lo sabéis, en estos abruptos y solitarios montes, se desarrolló una cruenta batalla con miles de muertos.
Tras la conquista de Teruel, las tropas sublevadas, emprendieron camino hacia Valencia pero fueron detenidos en la Salada, el Baile, La Bellida...nombres de cumbres cuya posesión y pérdida por uno y otro bando, significó la muerte de miles de combatientes..
Los más afortunados. los sublevados, fueron enterrados dignamente en los pueblos cercanos..
Incluso los moros mercenarios lo fueron en cementerios acondicionados a su religión..
Pero VAE CICTIS....¡ Ay de los vencidos !..
Estos fueron dejados allí para que sirvieran de pasto a los carroñeros..
Y pasaron los meses...y pasaron los años...y allí siguieron..
Testimonios...clica aquí
Alcaldes benignos, e incluso gobernadores provinciales, se apiadaron y mandaron enterrarlos..
Dada la dureza del terreno...¡ pura roca!...al final se optó por sepultarlos en las mismas trincheras, cubriéndolos con los parapetos y piedras defensivas..
¡ Y allí siguen !...
Allí cae la lluvia
con su son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo.
Del húmedo muro
tendidos en huecos
¡ acaso de frío
se hielan sus huesos !
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna,
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar ten tristes,
tan solos los muertos........ Gustavo Adolfo Bécquer
Estos versos, resumen y explican el sentimiento que nos embargó al recorrer la zona...
Pero, elevemos el pensamiento y vayamos a la crónica senderista..
El frío nos hizo volver a sacar las prendas de puro invierno..4 grados y un fuerte viento, aterían al personal, ya acostumbrado a la suavidad primaveral...
Pero...la larga subida hacia el Collado Beltrán, hizo que poco a poco, fuéramos quitándonos capas, agradeciendo el sol que iba calentando poco a poco..
Todo a nuestro alrededor, rezumada vida...enebros, carrascas, sabinas, plantas aromáticas...y la soledad, inmensa soledad a nuestro alrededor...Encontramos un rodal de piedras y allí al resguardo del viento, almorzamos a hora ciertamente temprana...
De cuando en cuando, todavía podíamos descubrir entre la maleza, restos de antiguas trincheras y nidos de ametralladoras..
Nuestra meta era la zona de la Canaleta..
Sin embargo, las constantes miradas al cielo, observando la evolución de las nubes, hizo que llegados al barranco de las Maricas, optáramos por emprender regreso..
Completamos la jornada, con la visita al pueblo, y a algunos de sus monumentos..
Nos quedaba por ver el castillo en la zona del Cerrito..
Optamos por dejarla para después de comer..
¡ Ay, ay!...¡ no dejes para luego, lo que puedas hacer hoy..
Tras una buena comida, ¿ quién tenía ganas de emprender la dura subida?..
¡ Pues sí!..lo que pensáis..
Un referéndum de urgencia y....¡ Cada mochuelo a su olivo !
Besos...o estrechamiento de manos..abrazos...etc y ¡ hasta la próxima !
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