Lo de cuchillos no va por armas ni violencia. Lo de calderones no va por música ni por literatura. El caso es que este sábado, hicimos un doblete. Primero la ruta de los Cuchillos de Contreras y después la ruta de los Calderones. Pero vayamos por partes, ¿vale?.
El caso es que hoy, de nuevo y por obra de nuestros amigos de Xaloc, volvimos a ir de romería. La verdad es que fueron puntuales y , cafetitos aparte, a las 9 ya estábamos a la puerta de Contreras. Como es lógico, los guardas no estaban, así que ni cortos ni perezosos, nos adentramos en el parque natural.
¿Qué decir de la belleza del paisaje?. Los cortados, esos pináculos rocosos,los ríos de piedra de la rambla Martinete, la vegetación esplendorosa, las cabras salvajes…¿cabras? ¿qué cabras?. Corrió la voz de que unos, habían vistos unas, pero confirmación fehaciente, prueba gráfica, documentos sonoros…¡ na de na!. En menos que canta un gallo ya estábamos al final de la ruta. Foto oficial de grupo…supongo que salieron tod@s y ¡ regreso!. La risa fue que al llegar a la casa de los guardas, nos enteramos de que éramos¡¡¡¡¡ilegales!!!!. NO teníamos permiso, según ellos, así que cabizbajos, meditabundos y abrumados por la culpa, nos sentamos a almorzar. A destacar el descontrol que llevan del asunto de las visitas. La fauna gatuna del parque, acudió presta y de repente nos vimos rodeados de micifusos, negros zahinos y pelilargos que intentaban llevarse el gato al agua, bueno, la comida a la boca.
No sé si lo conseguirían porque algun@s estaban muy pendientes de sus bocatas de tortilla con ajoaceite…¡sí, a-jo-a-cei-te! que repartieron pródiga y abundantemente. No sé si fue la digestión de tan pesado acompañamiento, pero el caso es que, ante la propuesta de hacer una segunda ruta ( la primera fue realmente corta), optaron por batirse en retirada hacia Valencia. Otr@s, decidimos alargar la velada y nos fuimos cerca de Minglanilla para hacer un tramo de la Ruta de los Calderones. La sorpresa fue que la ruta, excelentemente marcada, resultó más corta de lo previsto- unos 7 kms – aunque con unas buenas y pedregosas bajadas/ subidas. Nos dimos el gustazo de llegar a los miradores , desde donde disfrutamos de excelentes vistas del pantano y de la Rambla Salada, que quedó pendiente para una visita el próximo otoño.
En fin, a la 1.30, ya estábamos en los coches y a hora de comida en casa. El personal, contento con el doblete, lo expresó con cordiales besos y abrazos de despedida. ¡ Hasta la próxima!
Yo, tengo pruebas graficas de las cabras, pero no se como colgarlas, asi que cuando aprenda se veran.
ResponderEliminarYo no tengo pruebas pero las vi. Además añadiré que las vi en la parte valenciana.
ResponderEliminarPaco...Enhorabuena por el blog. Estás hecho un crack!!