
Visto desde abajo, teniendo en cuenta el cansancio de la subida, el batacazo que me pegué y sobre todo, la incertidumbre del regreso por un desconocido barranco llamdo del Infierno- uuuuuuufffff- decidi quedarme a ver como subían los demás. Solecito, descanso y nuevas informaciones de la bondad de la infernal bajada por el barranco del ídem, templaron mi ánimo.La verdad es que el descenso daba grima de ver los cantiles, despeñaderos y pedreras del dichoso barranco.

Pero...la bajada era antigua, esto con lazadas más o menos bien situadas y sin más problemas que la tensión de un descenso prolongado, llegamos a buen puerto-bueno a buen pié de monte- donde las féminas se despistaron y tomaron equivocado camino. Cansados, pero incólumes, llegamos al bendito pueblo, donde el bendio coche nos condujo a casita. ¡¡¡¡¡ Si me pierdo, no se os ocurra buscarme por esta ruta!!!!!!!
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